Traducción: Marta Socorro Robaina, Alejandro Ortega García, Victor Manuel Martín Fernández
En Suiza, las amistades están comenzando a romperse por una división en cuanto al debate del referéndum llamado ‘No Billag’. No Billag es el nombre que se le da a la abolición de la tasa de licencia obligatoria anual para la radiodifusión de servicio público de Suiza -la administración que cobra esta cuota se conoce como Billag- y tiene un precio de 451 francos (385 euros) anuales por vivienda.
Los oponentes, quienes consideran injusto este pago, quieren eliminar esta tasa por completo. Sin embargo, el objetivo principal es la televisión pública suiza, SRG SSR: un elevado número de ciudadanos quieren usar este popular referéndum para acabar con toda la financiación pública para radio y televisión.
El 4 de marzo de 2018, los votantes suizos tuvieron que decidir. Mientras tanto, este tema estuvo a la orden del día en todos los debates de los medios y las redes sociales.
La licencia de la televisión y la radio suiza, la más cara de Europa.
Como pequeño país que es, con cuatro lenguas diferentes en su territorio, para Suiza es mucho más importante tener un servicio público de televisión y radio de confianza comparado con países de mayor extensión. Esto es particularmente para asegurar la integración de las diversas regiones lingüísticas, así como para proporcionar a la audiencia una información de calidad y contrastada. Los medios públicos suizos son los más caros porque tienen que emitir su programación en cuatro idiomas diferentes. En Alemania, por ejemplo, cada vivienda paga 210 euros cada año por ARD, ZDF y Deutschlandfunk.
¿Un impuesto de radiodifusión?
Muchos de los votantes están enfadados porque la tasa -como en Alemania- se haya convertido en un impuesto obligatorio para todas las viviendas, usen o no el servicio de radiodifusión público.
Las razones por las cuales se institucionalizó la radiodifusión pública, hace casi 100 años, ahora están obsoletas. En aquella época, las frecuencias de emisión eran escasas, mientras que a día de hoy, los usuarios están inmersos es un flujo de información y entretenimiento gracias a internet. Los iniciadores del referéndum consideran oportuno que el público tenga el poder de decidir por ellos mismos qué medios de comunicación quieren consumir y pagar.
Sin embargo, las democracias dependen más que nunca de los medios financiados con fondos públicos o subvencionados, para garantizar la supervivencia de un periodismo de calidad y la diversidad de medios. Algunas plataformas, como Google o Facebook, han privado a los medios tradicionales de sus ingresos por publicidad, y la cultura del ‘’cero coste’’ ha sido establecida en Internet. Como resultado, las salas de redacción se están fusionando gradualmente o están sufriendo recortes. Si los usuarios no están dispuestos a pagar por el periodismo independiente, este periodismo difícilmente puede ser financiado.
Cuando las compañías de los medios dejan de ser rentables, son absorbidas por los grandes actores de la industria o compradas por oligarcas que pueden perseguir objetivos políticos.
El acuerdo: ¿‘’Blocher TV’’ en lugar de radiodifusión pública?
Los oponentes a la iniciativa No Billag creen que ‘’Blocher TV’’ dominará pronto Suiza. Christoph Blocher, el líder de la derecha populista SVP, la parte más fuerte del gobierno en coalición de Suiza, ha expandido sistemáticamente su imperio mediático, que se basa en la radiodifusión y la impresión. Cada vez son más lo que temen que este hombre se convierta en el Silvio Berlusconi suizo.
En cualquier caso, la cuestión de cómo preservar la diversidad de los medios, no ha sido resuelta. El país considerado como el modelo de democracia directa, ha sido raramente polarizado: para algunos, la SRG SSR, se ha convertido en un santuario nacional. Para otros, es simplemente una institución anticuada que no tiene derecho a existir en la era digital. Las voces moderadas de la razón tienden a desaparecer. Ciertamente, el país pequeño necesita una emisora pública, y debería permitirse que se desarrolle sin obstáculos en Internet. Sin embargo, podría ser peor. Las prohibiciones publicitarias podrían ayudar a asegurar la independencia periodística y también a garantizar que el servicio público no le quite el pan de la boca a los competidores en dificultades comerciales.
La cadena SRG SSR podría hacer mucho más para mantener juntas las cuatro regiones lingüísticas y cumplir su misión principal -simplemente para garantizar un buen periodismo. Por ejemplo, competir por la correspondencia extranjera o informes científicos, en lugar de hacerlo con el sector privado por los derechos deportivos y espectáculos de entretenimiento. El argumento de que la radiodifusión pública es esencial para corregir los fallos del mercado también sería mucho más creíble en Suiza y en otros lugares si no se ocultase a sus programas más sofisticados y educativos a altas horas de la noche.
¿Se está desestabilizando el excelente Sistema de Medios?
Los liberales y los populistas de derecha están cerca de derribar un sistema de medios dual con una intachable reputación: esto prevalece debido a la cultura del periodismo desarrollada en la SRG. Puede ser comparada con la BBC en su mejor momento, antes de que la emisora pública británica tuviese que resolver una serie de escándalos que afectaron a su reputación.
Hay un discurso público animado sobre el futuro de los medios en Suiza. Hay al menos un atisbo de esperanza. La Comisión Federal de Medios suizos, dirigida por el investigador Otfried Jarren, ha presionado constantemente al gobierno de Berna con planes para cambiar la forma en la que se financia el sistema de medios. Al igual que la mayoría de expertos en medios, Jarren se opone al ‘’No Billag’’. Sin embargo, él y su partido no dejan dudas de que, en un mundo digitalizado, es importante desarrollar nuevas formas de periodismo público. Con esto, el gobierno de Berna puede tener numerosas dificultades.
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