¿Es la digitalización la solución para la España vaciada?

Cartel "Empoderar es avanzar". Fuente: Gobierno de España

28 abril 2022 • Ética y libertad de expresión, Reciente • by

En el año 2020, el del confinamiento por la pandemia, se produjo un éxodo de familias enteras hacia el campo, en buena medida debido al teletrabajo, que revivió por algún tiempo la utopía humana de volver a lo rural como al útero materno, a las verdades que habitan la vida. Fue todo un descubrimiento para estas personas comprobar que aquel universo seguía siendo una «reserva moral, de pan y de paisaje». Duró poco tiempo aquel enamoramiento, y la brecha digital lo hizo imposible en buena parte de muchas poblaciones.

Pronto comprobaron los allí desplazados que en 2020 (en 2022, la situación todavía no ha cambiado mucho) había una España en la que enviar un whatsapp, o utilizar el móvil, se convertía en una tarea prácticamente imposible y que era preciso buscar “puntos de cobertura” para realizar esa tarea. No es preciso ser un adivino para comprender que los problemas de conectividad se agravaban -si ello fuera posible- en localidades aisladas o de montaña.

Entre 1950 y 1991 se produjo un éxodo rural en España hacia las ciudades por la pérdida de peso del sector agrario en favor de la industria y los servicios. En siete décadas, la España despoblada pierde la mitad de su peso económico y laboral pues, según el Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico, el 90% de los residentes se concentra en el 30% de la superficie del país. Este éxodo masivo ha dejado al 10% de la población con un enorme desafío por delante: sobrevivir

La realidad actual es ésta: según los datos del último padrón publicado por el Instituto Nacional de Estadística (INE) a 1 de enero de 2021, la población española supera los 47 millones de habitantes, la mayor cifra desde 2013, sin embargo, el 76% de los 8.124 municipios españoles han perdido habitantes. El Banco de España, además, advierte de que el 42% de los municipios está en riesgo de despoblación. En Francia, Italia y Alemania, el porcentaje de localidades en esa situación es del 7%, el 4% y el 1%, respectivamente. Cuatro de las 10 regiones europeas más envejecidas en 2050 están en España: Zamora, León, Asturias y Orense. Si a estas previsiones añadimos pandemias como la Covid y conflictos bélicos como la invasión de Ucrania, nos encontramos ante las tormentas demográficas perfectas.

Amortiguar esta sangría humana, este desequilibrio territorial, es uno de los grandes retos de nuestro país y los expertos coinciden en que una de las medidas urgentes pasa por solventar el importante déficit tecnológico relacionado con el acceso a Internet y redes de comunicación. La transformación digital de los municipios, para convertirlos en territorios rurales inteligentes, debe ser una prioridad estratégica del Estado.

Pero ¿cuáles son los principales obstáculos para conseguir fijar población en los pueblos en la España vaciada? En primer lugar, tratar de poner freno a la actual brecha digital (tanto física como de capacitación); en segundo lugar, y asociada a la brecha digital, reducir igualmente la brecha de género que afecta en este sector principalmente a las mujeres. La falta de formación de este colectivo vuelve a relegarlas a las tareas tradicionales del hogar y de los quehaceres domésticos. Teniendo en cuenta que en los próximos veinte años se van a digitalizar todos los sectores (numerosos especialistas hablan ya de sociedad rurbana como un continuo social y humano, basada en la economía capitalista globalizada y de mercado, controlada por entidades supranacionales y que difícilmente puede ser controlada desde las bases sociales) y que no todas las zonas rurales van a sobrevivir a la transformación digital, la mujer no puede volver a ser la gran olvidada de la historia.

 

Pero ¿cómo saber que avanzamos en la dirección correcta si ni tan siquiera sabemos cuál es la posición de partida, si nuestros modelos de representación están basados en una concepción urbana de lo público? Existe un estudio de Michael Kenny y Davide Luca que señala que los votantes europeos de circunscripciones rurales expresan mayores niveles de insatisfacción con la democracia y menor confianza en el sistema político.

Si la transición digital es clave para la supervivencia del medio rural, este proceso debe suponer una cohesión territorial, acercando servicios básicos e infraestructura viaria, para poder minorar los peligros que una inmigración neorrural pudiera realizar (llegando incluso a desplazar) sobre la población ya asentada; debe suponer también beneficios fiscales, apoyo a las empresas, una mejora de los servicios educativos y sanitarios, además de ampliar el parque público de vivienda y no un gatopardismo tecnocrático que nos haga volver a un universo de recetas, intenciones y arbitrismo, donde la identidad del mundo rural siga pilotando sobre la tradicional esencia de España convertida ahora en virtud de las nuevas tecnologías en un desierto digital.

 

BIBLIOGRAFÍA

Molino, S. (2016). La España vacía (viaje por un país que nunca fue). Turner.

Michael, K,  &  Davide L. (2021) Cambridge Journal of Regions, Economy and Society, Volume 14, Issue 3, November 2021, Pages 565–582, https://doi.org/10.1093/cjres/rsab012

 

ENLACES

Instituto Nacional de Estadística

INEbase / Demografía y población

Banco de España (series estadísticas)

Banco de España – Estadísticas (bde.es)

Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico

Reto Demográfico (miteco.gob.es)

Caixa Research (Teletrabajo)

La COVID-19 da un empujón al teletrabajo (caixabankresearch.com)

Mujeres y digitalización. De las brechas a los algoritmos.

M_MUJERES_Y_DIGITALIZACION_DE_LAS_BRECHAS_A_LOS_ALGORITMOS_04.pdf (inmujeres.gob.es)

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