El periodismo deportivo, el patito feo de la profesión

El Tour de Francia, creado en 1903 por el diario L'Auto, es un ejemplo de la estrecha relación entre el deporte y el periodismo deportivo.

21 enero 2025 • Entradas recientes, Nuevos medios, Reciente • by

Traducción realizada por Alex Méaude

Tanto en las redacciones como a ojos del gran público, el periodismo deportivo siempre ha gozado de menor estima que otras prácticas periodísticas. ¿Por qué?

Aún hoy, a pesar de su crecimiento masivo a finales del siglo XX, el periodismo deportivo sigue teniendo mala prensa: su especialista sigue siendo visto por algunos como un «periodista subalterno» y su sección como «en busca de reconocimiento y mal valorada por la profesión» (Solidaires, 2012). En este contexto, el siguiente análisis pretende comprender por qué el periodismo deportivo está devaluado de esta manera, sin confirmar ni refutar las críticas que se le hacen.

Un objeto de estudio no noble 

Históricamente, la deslegitimación de la sección de deportes de un periódico tenía que ver con su propia temática (Wille, 2013). El deporte, un asunto cuyo interés «se ha percibido a menudo como la marca de una falta de cultura, sobre todo en países que han desarrollado y valorado una “alta” cultura literaria derivada de una tradición cortesana» como Francia (Defrance, 1995).

En una entrevista para Eurosport [1], el periodista y escritor francés Philippe Auclair, especialista del fútbol inglés, se hacía eco de esta opinión, explicando que en Francia «el deporte no se considera un tema noble, al contrario que en la cultura anglosajona», donde «forma parte de la educación». Por consiguiente, si su tema no es noble, el periodismo deportivo también es menospreciado, «despreciado como el tema que trata» (Marchand, 1989).

Amateurismo y subjetividad

 Más allá de la propia temática, el periodismo deportivo ha sido criticado durante mucho tiempo por su forma y su contenido. Por un lado, porque algunos consideran que su estilo es demasiado amateur. Ya sea por el «abuso irreflexivo de términos anglosajones», la «aproximación del vocabulario» o la «falsa audacia de ciertas imágenes que se han convertido en clichés», la Union syndicale des journalistes sportifs de France señalaba ya en 1961 [2] que la jerga utilizada «ha contribuido en gran medida al descrédito del llamado periodismo deportivo». Se decía que los periodistas especializados en deporte eran «incapaces de hacer otra cosa» (Marcillac, 1994).

Por otra parte, se critica el fondo, ya que los periodistas deportivos pueden ser estigmatizados como «partidarios» (Marchetti, 2002), «actores irracionales, mezcla asombrosa de incompetencia e histeria, que producen un discurso unívoco» (Bourgeois, 1989). Esta percepción le priva de toda imparcialidad, fundamental para el buen ejercicio de su profesión. Desde esta perspectiva, los que ya no se consideran periodistas solo pueden «encerrarse en su género por el único motivo de la pasión exacerbada», estando sus prácticas «condicionadas por el espectáculo y la polémica» (Wille, 2013).

Connivencia con las fuentes

La crítica más reciente al periodismo deportivo es que está demasiado cerca de su fuente principal, el mundo del deporte. El origen de esta desvalorización se encuentra en el desarrollo históricamente vinculado de estos dos mundos que, dependiendo el uno del otro, se han desarrollado en simbiosis. Una «relación ambigua entre el medio y el objeto» de la que la creación del Tour de Francia en 1903 por el periódico L’Auto es un ejemplo típico (Wille, 2013).

Esta crítica se ha agudizado desde los años 90 y la explosión del deporte en televisión, que para algunos se ha convertido en «un mundo aparte en el negocio de la información» porque se rige por «la cobertura mediática abusiva de los deportistas» y «la introducción masiva de capital» (Solidaires, 2012). Con un acceso limitado a las fuentes y derechos exclusivos, la «esfera económico-deportiva» exige ahora a los periodistas deportivos «mantener un capital de relaciones y legitimidad con los deportistas», aunque ello suponga caer en la autocensura o incluso la connivencia (Wille, 2013). Al perder su independencia, se dice que mantienen una «relación de seducción» con esta esfera (Parrot y Patrin-Leclère, 2011), es decir, una complicidad con sus fuentes que es ética y deontológicamente inaceptable.

Las nuevas generaciones

Desde sus inicios, el periodismo deportivo ha estado desacreditado por la profesión y la opinión pública en los países francófonos porque su temática no es noble, su forma se considera demasiado amateur y su contenido se percibe como subjetivo. Si a esto se añade una acusación de connivencia con sus fuentes, la posición de esta especialidad en las jerarquías profesionales es relativamente baja (Marchetti, 2002).

Sin embargo, como el deporte se ha convertido en un «fenómeno sociológico y comercial» con «implicaciones en todos los ámbitos de la sociedad», ejercer el periodismo deportivo requiere ahora «conocimientos adicionales de derecho, economía, medicina y entorno sociopolítico» (Solidaires, 2012). En consecuencia, la «evolución morfológica» de los periodistas deportivos «tiende a ser similar a la de los profesionales que trabajan en otros ámbitos» (Marchetti, 2002). Ahora queda por ver si la llegada de estas nuevas generaciones de especialistas «más cualificados» y un tratamiento «más crítico» de su materia (op. cit.) permitirán algún día que el periodismo deportivo sea más valorado

Bibliografía

Bourgeois, Normand (1989), «El periodismo deportivo: un discurso y su desafío», en Communication. Information Médias Théories, 10-1, pp. 149-161.
Defrance, Jacques (1995), Sociología del deporte, París, La Découverte.
Le Mag, «Hay que salvar la literatura deportiva», en Eurosport, 19/08/2015.
Marchand, Jacques (1989), La prensa deportiva, París, CFPJ.
Marchetti, Dominique (2002), «Los subcampos especializados del periodismo», en Réseaux, 11, pp. 22-55.
Marcillac, Raymond (1994), ¡A usted, Cognacq-Jay! Los entresijos de la radio y la televisión, París, Grancher.
Parrot, Benjamin y Patrin-Leclère, Valérie (2011), «Deporte y prensa diaria regional: ¿un periodismo bajo influencia?», en Communication & Langages, 168, pp. 113-125.
Reporters Solidaires (2012), Las secciones del periodismo, Grenoble, PUG.
Union Syndicale des Journalistes Sportifs de France (1961), «La lucha contra el argot», en Boletín de enlace, 24, p. 9.
Wille, Fabien (2013), «Introducción – El periodismo deportivo: en busca de legitimidad», en Los Cuadernos del Periodismo, 25, pp. 2-13.
[1] Le Mag, «Hay que salvar la literatura deportiva», en Eurosport, 19/08/2015.
[2] Union Syndicale des Journalistes Sportifs de France (1961), «La lucha contra el argot», en Boletín de enlace, 24, p. 9.

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