Traducción: Ainoa Lobo y Andrea Gómez
Las noticias se movieron como ondas de choque a través de la comunidad periodística internacional. Ján Kuciak, periodista de investigación eslovaco de 27 años, y su novia Martina Kušnírová, fueron fusilados en su casa en el este de la capital el pasado Lunes. Es un suceso que ha traído inquietud entre los periodistas de Europa Central y subraya las difíciles condiciones en las que muchos de ellos trabajan. Intimidación, ataques y un ambiente de desconfianza son la norma más que la excepción.
La policía dijo que el asesinato de Kuciak estaba relacionada con su trabajo de investigación. El periodista había informado sobre las noticias de Aktuality.sk, centrándose en el fraude fiscal y evasión de impuestos. También escribió sobre las relaciones de los empresarios del partido de Eslovaquia, SMER.
Es el primer caso conocido de asesinato de un periodista en la historia de Eslovaquia y ha causado una indignación internacional, especialmente en Europa Oriental. “Resulta difícil para todos nosotros y eso me hace sentir triste. ¿Ser asesinado por tu trabajo? ¿Por lo que escribió y dijo? Es de locos, repugnante,” afirmó Jaroslav Kmenta, uno de los periodistas checos de investigación, a EJO.
Un intento de silenciar el periodismo de investigación
Kmenta dijo que no tenía ilusiones sobre los posibles peligros. “Es casualidad que un acto similar no haya sucedido en República Checa.” y no es el único que lo ve así. Otros también temen por su seguridad personal.
“Conocí personalmente a Ján Kuciak, así que ¿cómo podría afectarme esto? Soy frío y caliente al mismo tiempo, siento que mi cabeza explota y estoy profundamente deprimido. Y sí, me parece que el periodismo en nuestra región está en peligro,” afirmó Pavla Holcová, fundadora del Centro Checo de Periodismo de Investigación, a EJO.
Para Kmenta, el caso de Kuciak es una firma para el fracaso del estado. “La policía no fue capaz de evitar el asesinato del periodista, que le pasó a informar sobre casos que eran muy conocidos en Eslovaquia y que también fueron investigados por la policía.” Kuciak estuvo recibiendo amenazas de muerte antes de su asesinato que denunció a la policía. “Incluso la policía subestimó el peligro, o no fueron lo suficientemente rápidos para arrestar a todos los mafiosos.”
El periodista eslovaco, Peter Hanák, ve el asesinato de Ján Kuciak como un esfuerzo por parte de los ricos y poderosos para silenciar el periodismo de investigación. “La única forma para nosotros los periodistas es no desanimarnos, viendo que este no es el camino correcto y que si silencian a uno, otros continuarán su trabajo. En la época de los ataques en el periodismo especializado de muchos lugares, necesitaremos más valor.”
Miedo y Odio en Europa Central
El asesinato de Kuciak no es el primer caso en el periodismo eslovaco probablemente como consecuencia de su trabajo. Hace diez años, Pavol Rýpal, un reportero de investigación que trató los crímenes relacionados con la mafia, desapareció. Miroslav Pejko , reportero del Hospodárské novíny, lleva desaparecido desde 2015.
La República Checa también tiene un amplio historial, extendiéndose hasta los años 90, de asesinatos e intentos de asesinato de periodistas y sus colaboradores. Un caso reciente es el del periodista Checo Sabina Slonková. En 2002 se convirtió en el objetivo de un complot de asesinato. El periodista tuvo suerte, ya que el asesino a sueldo contratado para asesinar alertó a la policía de forma anónima, más adelante el fiscal acusó al ex ministro de asuntos exteriores del país europeo como autor intelectual del asesinato.
Slonková, quien es ahora la redactora jefe del medio checho independiente, Neovlivní.cz, lo llamó el caso vergonzoso de Eslovaquia. “Espero que los políticos eslovacos condenen este cruel asesinato y que aseguren que los asesinatos y aquellos a quienes envíen sean capturados, sin importar de qué clase social provengan.” También expresó los intentos de los políticos para desprestigiar a los periodistas. “Están pintando objetivos en sus frentes.”
Un ambiente de desconfianza
El asesinato de Kuciak también arroja luz sobre la situación general de los periodistas en Europa Central. Los niveles de confianza en la prensa son bajos y la intimidación de los periodistas- especialmente aquellos considerados como “inconvenientes”- suele ser lo común. “A los periodistas se les sigue viendo como una amenaza, estamos casi acostumbrados a ello”, explica Janek Kroupa, cabeza de la sección de investigación de Cesky rozhlas, el locutor de radio pública de la República Checa.
Muchos èriodistas también ven frecuentemente que su trabajo es ridiculizado y atacado por políticos. Uno de los perpetradores es el presidente Checo Milos Zeman, conocido por su relación tensa con la prensa. Durante una reunión con el presidente ruso Vladimir Putin en mayo del año pasado, Zeman proclamó que “los periodistas son demasiado, deberían ser liquidados”- definitivamente una exageración, pero una que provocó escalofríos a muchos periodistas del país.
Jaroslav Kmenta opina que declaraciones de este tipo forman la base para ataques contra la prensa. “Cuando los políticos describen de forma reiterada a los periodistas como villanos que deberían ser liquidados, se crea un ambiente de violencia en la sociedad. De palabras así, están muy cerca las acciones.”
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