El pasado 3 de marzo, cuatro periodistas de Bolivia, México, Colombia y El Salvador participaron en el coloquio de la III Jornada sobre el Estado de la Libertad de Expresión en el Mundo, una charla que apoyaba el Programa de Acogida de Reporteros de Reporteros Sin Fronteras (RsF). La presencia de periodistas atiende a tres elementos fundamentales, como así explica José Antonio Guardiola, representante de la entidad sin ánimo de lucro: el objetivo principal es “tomar aire”, que estos periodistas descansen, reflexionen y vuelvan a su labor; si desean exteriorizar su experiencia pasan al segundo elemento, compartir su historia y experiencias con los demás; y el tercer elemento es brindarles una formación extra como cursos en determinados ámbitos, que puedan sumar en su ya acreditada trayectoria profesional.
RsF es una organización no gubernamental sin fines de lucro cuya ambición es “que todos los seres humanos tengan acceso a noticias e información que les permitan conocer, comprender y desarrollar una opinión sobre lo que está en juego en el mundo y su entorno”. En esta tercera jornada, inusual debido a la pandemia mundial COVID-19, la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid recibió a Juan José Toro Montoya (Bolivia), Alejandro Ortiz (México), Andrea Aldana (Colombia) y Carmen Valeria Escobar Castillo (El Salvador). Los periodistas latinoamericanos hablaron sobre su profesión y sus experiencias personales bajo algunas de las circunstancias más delicadas y peligrosas ya que son perseguidos y amenazados de muerte, entre otras situaciones.
Carmen Valeria Escobar Castillo fue la periodista más joven de la mesa, comprometida con la transparencia, la verdad y la justicia. El Faro fue el medio que le dio su primera oportunidad, de la cual se muestra agradecida y considera que una de las mejores maneras de aprender el periodismo es conocer cómo funciona el poder. Actualmente, trabaja en la revista de periodismo independiente, GatoEncerrado, investigando temas de política, justicia social, medioambiente y género. En El Salvador, esta es la única revista que aborda temas de políticas medioambientales y temas de género como ejes de sus historias.
Andrea Aldona es colombiana y lleva más de trece años cubriendo los temas de conflictos armados, mafias y narcotráfico. Trabaja y colabora en medios como el periódico El Espectador o Universo Centro y, desde hace, 5 años es investigadora de la Fundación Paz y Reconciliación. Colombia es un país que «recicla» conflictos armados y no es fácil denunciar y acabar con estas mafias. Como la periodista afirmó en el coloquio, “las mafias tienen muchas patas en los poderes para poder existir y, cuando llevas muchos años en estas investigaciones, recibes muchas amenazas”.
Alejandro Ortiz, mexicano originario de Guerrero, uno de los estados con mayor presencia del crimen organizado. RSF lo destaca como un “caso emblemático de la violencia que sufren los periodistas en México”, pero él mismo afirma que no es el único, que hay muchos compañeros que pasan situaciones iguales o más complicadas y no hace falta ni siquiera salir de su ciudad para ver esto. Cuando, como periodista, entras a investigar y denunciar el narcotráfico, ya pasas límites que harán que te sientas amenazado. Alejandro Ortiz ha colaborado con varios medios desde que empezó en el periodismo en abril del 2015.
Actualmente, forma parte del medio digital Bajo Palabra, Enfoque Formativo Radio y participa en Ahora Guerrero.
Juan José Toro Montoya ha dedicado 35 años de su vida a la investigación periodística con un compromiso ético y una trayectoria de lucha contra la corrupción y en defensa del medio ambiente de Bolivia. Actualmente trabaja en el Diario El Potosí. Juan José Toro empezó su intervención con una frase que conviene destacar: “A nadie le gusta la verdad. Nadie es dueño de la verdad pero tenemos que acercarnos lo máximo posible a ella”.
Al hablar del poder de la política, todos los ponentes estaban de acuerdo con Juan José Toro cuando afirmó que, “cuando se habla de la libertad de expresión, el discurso de la izquierda está muy cerca del de la derecha”. El poder siempre intenta descalificar el trabajo de los periodistas, ya que estaría en muy buena posición si el periodismo no existiera porque nadie podría denunciar su verdad.
Antes de que el alumnado de Periodismo de la Facultad diera paso a las preguntas que enviaron las personas que asistían a la conferencia por streaming, les preguntaron a los ponentes cuál era su opinión sobre la regulación del periodismo. Juan José destacó que no debe ser regulado, pues sería peligroso para la sociedad. En palabras textuales de Andrea Aldana, “el periodismo no debería ser regulado, pero no debería tener miedo a ser cuestionado”.
En cuanto a la labor del periodista, Aldana considera que solo debe ser cuestionado si miente, por delito de injuria o calumnia, no por otros motivos. Alejandro Ortiz afirma: “No puede haber una regulación en los medios cuando vives en una situación en la que tienes que contar lo que está sucediendo”. Todos están de acuerdo en la no regulación y Carmen Valeria expuso que no deberían ser las figuras de poder quienes cuestionan la labor del periodista sino los propios profesionales.
En el turno de las preguntas, los cuatro periodistas intervinieron dando sus opiniones y consejos para el futuro del periodismo, como decía Carmen Valeria al principio del coloquio: “Tenemos que buscar nuevas formas de hacer periodismo”. La solución para el periodismo amenazado no existe, como afirma Andrea Aldana, pero las nuevas generaciones no se quieren callar, no quieren tan sólo escuchar y consentir. Para Alejandro Ortiz el primer paso es obtener justicia, lo que daría un giro importante a la situación.
El coloquio acaba con un consejo de Carmen Valeria Escobar a la gente más joven, a su generación: “No se callen, el mundo es de nosotros y que el mundo lo acabaremos construyendo nosotros. Tengan la esperanza de seguir construyendo cosas nuevas, cosas fuertes, cosas buenas”.
Este programa de acogida a profesionales amenazados, y posible por la financiación del Ayuntamiento de Madrid, brinda nuevas oportunidades de aprendizaje a estos periodistas, pero también a estudiantes, profesionales de los medios o personas interesadas en estos testigos de verdades incómodas.
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