La televisión de los Millenials, un nuevo concepto de consumo

24 noviembre 2018 • Economía de los medios, Ética y libertad de expresión • by

 

En 2016, Canal Plus, la primera cadena de pago en España, fue finalmente absorbida por el grupo Telefónica y su cadena generalista se convirtió en #0.  La plataforma, que superó el reto de salir adelante en los 90 con un formato de pago, cuando hasta entonces nadie había abonado nada por ver la televisión, lo hizo gracias a programas novedosos como Las noticias del guiñol y especialmente, a la emisión de fútbol. La adaptación de Movistar en 2016, contaba con otro gran hándicap: los derechos de retransmisión deportivos ya no eran un monopolio y en la resolución de la ecuación habían aparecido los millenials.

La jugada de la cadena para atraer a un público joven se entiende rápidamente con los datos del Estudio General de Medios (EGM). Desde hace años, los jóvenes prefieren internet como herramienta de entretenimiento e información por encima de la televisión. Es decir, que a las 22 horas de la noche, en general, no ven El Hormiguero o Mi casa es la tuya. Más bien parodian esos formatos y prefieren compartir memes en redes sociales o ver cadenas de vídeos recomendados en Facebook o YouTube.

 

 

El intervalo de edad de 14 años a casi los 30 es el conocido como la Generación Millenial. Algunos sociólogos y antropólogos, diferencian en ese lapso a la Generación Z (14/20 años). Las características de esta generación se basan en la convivencia, desde la infancia temprana, con las nuevas tecnologías de entretenimiento, información y comunicaciones. Además de unas condiciones socioeconómicas, marcadas por los estragos de la crisis económica o una mayor indiferencia hacia el statu quo político de 1978, frente a los que vivieron la transición y sus reformas como protagonistas indirectos.

Los millenials son una generación más preparada para esa adaptación continua

El carácter de la generación millenial, coinciden muchos estudiosos, está basado en una visión mucho más individualista que la de generaciones anteriores. Como consecuencia, por ejemplo, de la volatilidad del empleo, a diferencia de los trabajos más estables de hace décadas, o una educación más centrada en la economía de mercado. Al mismo tiempo, hay que contar que con el ritmo frenético de la modernidad, desde nuevos smartphones a las redes sociales, los millenials son una generación más preparada para esa adaptación continua y han hecho suya una seña de identidad cultural: el sarcasmo sobre lo “viejoven”, o lo antiguo en general.

Políticamente, con todos sus matices, vemos una generación urbana que tiene consensos como las libertades y empoderamiento del colectivo LGTBIQ+. Se referencia con artistas, youtubers o influencers, desde Leticia Dolera a La vecina rubia, que se enfrentan al machismo. El hartazgo por trabajos precarios y mal pagados o el alto precio de la vivienda también son otras señas de identidad. Aunque esa indignación, de momento, no se vuelca en movimientos sociales, sino en sarcasmo y humor transgresor en redes sociales con memes o cuentas como Cabronazi o PantomimaFull.

 

En este contexto, Movistar tiene un estandarte: David Broncano

El cómico, que lleva casi una década de actividad profesional,se lanzó con el programa de radio La Vida Moderna, y toca precisamente muchas de las teclas de la generación millenial. Ha llegado a movilizar a cientos de oyentes en la conformación de un país ficticio, «Moderdonia».

Hoy, en su programa en #0, La Resistencia, siguen siendo un referente sus monólogos, en los que introduce crítica política a través del sarcasmo. Defiende el humor sin límites y trata problemáticas y temas del día a día de la generación millenial, con los que se siente identificado su público. Muestra de ello son los códigos que Broncano ha lanzado en sus programas y se han ido extendiendo: «los giritos; a caraperro; el amoche; los pachachos…»

 

En esa millenización de la parrilla, han pasado con éxito por La Resistencia invitadas como las deportistas Carolina Marín, Gisela Pulido o Joana Pastrana. En consonancia con los códigos que comentábamos anteriormente, de enfrentarse al machismo en televisión y lejos del formato de entrevista sensacionalista o machista, por el que han recibido tantas críticas medios deportivos o Pablo Motos.

También han acudido otros miembros de la cadena, que aunque ya eran referentes, al introducirse en los códigos millenials, ven crecer su repercusión en redes sociales e incorporan al público joven. Es el caso de los Ilustres ignorantes (Javier Coronas, Pepe Colubi y Javier Cansado); los chanantes (Raúl Cimas, Ernesto Sevilla o Joaquín Reyes) y especialmente característico, el caso del comentarista Antoni Daimiel. Éste ha pasado a ser un referente más de los seguidores de Broncano, tras aparecer, en varias ocasiones, por sus conversaciones en tono irónico en los descansos de Noches de NBA.

Y toda esta fórmula, con la apuesta por las redes sociales, al estilo Playground o de otras plataformas que aprovechan la reproducción automática, para dar con el millenial que ve vídeos en el metro o los comparte con sus amigos. Paradójico para una televisión de pago.

 

Autor: Jesus Guerra Pérez

Edición: Romina Morales

Portada: Tim Mossholder

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