El preocupante estado del periodismo en los países post-soviéticos.

14 diciembre 2018 • Ética y libertad de expresión, Política mediática • by

El área post-soviética sigue siendo una de las regiones más peligrosas para los periodistas y para el periodismo en general. Los regímenes autoritarios y los conflictos militares complican la vida a los reporteros. Los medios gratuitos están crecientemente bajo amenaza, los periodistas no pueden trabajar de manera independiente y lo que es más preocupante, ellos cada vez más hacen frente a amenazas físicas.

 

La libertad de prensa y el periodismo bajo amenaza en Ucrania

De acuerdo con Freedom House y Reporters Without Borders, sólo los medios de Ucrania, Moldavia y Georgia son “parcialmente” libres, aunque la libertad de prensa aquí es frágil, así como evidencia los casos recientes contra los periodistas y los medios de comunicación en general. Por ejemplo, el 27 de agosto el juzgado de distrito de Kiev, concedió al Fiscal General de Ucrania acceso a las conversaciones telefónicas y a la correspondencia de Natalia Sedletska, jefa de redacción de “The Schemes”, un proyecto de investigación llevado a cabo por Radio Liberty. En su resolución, el juzgado concedió el acceso al fiscal a las llamadas, mensajes y la localización del teléfono de Sedletska por un periodo de tiempo concreto: desde julio de 2016 a noviembre de 2017. Durante este periodo, “The Schemes” publicó varios reportajes de investigación importantes, que revelaron la corrupción en los niveles superiores del gobierno ucraniano.

Radio Liberty condenó la decisión, manteniendo que violaba gravemente las normas internacionales y no se correspondía con las obligaciones ucranianas para proteger la prensa libre. La portavoz de Radio Liberty, Joanna Levison, añadió que la acción del juzgado creaba una atmósfera escalofriante y que debería ser anulada. Bajo su punto de vista, la resolución revelaba preguntas inquietantes sobre la verdadera intención de quienes buscan la información. El Instituto ucraniano de la Información de Masas (IMI) y otros medios ucranianos y organizaciones de los Derechos Humanos también publicaron declaraciones, en las cuales expresaban su indignación sobre las acciones del Fiscal General y el tribunal.

La indignación, por lo menos, ha tenido su efecto. El 18 de septiembre, intervino el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (ECHR). El ECHR tomó el novedoso paso de emitir una resolución preventiva, suspendiendo la resolución tribunal del distrito hasta que Sedletska pueda preparar una querella hacia le ECHR. Aunque las acciones legales contra los periodistas que tienen el poder de rendir cuentas son ciertamente inquietantes, Ucrania puede incluso ser un lugar mortal. Uno de los ejemplos más chocantes de intentos de intimidar a los periodistas es el asesinato de Pavlo Sheremet, en el centro de Kiev. Pese a que hace han pasado más de dos años desde el crimen, las autoridades siguen sin encontrar al responsable del asesinato de este conocido periodista.

En el segundo aniversario de este homicidio, la oficina de la fiscalía pública informó que se había determinado finalmente un sospechoso, pero no fue identificado. Además, la investigación fue clasificada y los periodistas nunca más pudieron seguir su curso, de acuerdo con el jefe de redacción de Ukrainska Pravda, Sevgil Musayeva-Borovyk. “Anteriormente, teníamos al menos acceso al registro de las decisiones del tribunal, por lo que podíamos ver cómo se desarrollaba la investigación. Ahora está clasificada y no podemos controlarla”.

Afortunadamente, los periodistas ucranianos no han sido desalentados por estos avisos. El periodismo de investigación ha florecido desde la Euromadian Revolution de 2013. Drew Sullivan, fundador del Proyecto de Reportajes de Crimen Organizado y Corrupción (OCCRP) sigue creyendo que Ucrania es un ejemplo positivo en el espacio Post-Soviético: “En general, la situación en el área post-soviética es muy pobre, pero en términos de libertad de prensa la situación en Ucrania es mejor que en muchos otros países”.

 

Un rechazo post-soviético en la libertad de prensa

En otros estados post-soviéticos, a excepción de los países bálticos, la situación es mucho peor. Arrestos masivos, la intimidación a los periodistas y otros obstáculos antes, durante y después de la investigación es lo común; mucho más que la excepción de la regla.

Uno de los casos más problemáticos es Azerbaiyán. En los años posteriores a 2014, las autoridades cerraron todos los medios de comunicación contrarios al régimen. También forzaron a los periodistas independientes a irse del país. Periodistas de investigación fueron arrestados – algunos de ellos continúan en prisión. Los objetivos particulares son aquellos periodistas que se atreven a criticar al Presidente, como también así como aquellos que arrojan luz sobre la riqueza del Presidente y su familia. Las autoridades de Azerbaiyán intimidan incluso a los periodistas que han emigrado – frecuentemente a través de sus parientes que viven en el país o del medio.

La situación en el este del mar Caspio no es mucho mejor. Drew Sullivan lo describe de la siguiente manera: “Hay una significante recesión. Los periodistas están siendo acosados activamente en Kazajistán y Tayikistán, y nunca ha habido una buena situación en Uzbekistán y en Turkmenistán. Solo en Kirguistán hay un poco de esperanza, porque el país permanece más o menos independiente y democrático, así como sus medios”. Muhaiyo Nozimzoda, un periodista de Tayikistán, dice que los oficiales locales son muy sensibles cuando se refieren a publicaciones críticas: “Incluso si un pequeño oficial tiene un hermano o hermana superior en la jerarquía, o la mínima crítica pueden ser una razón perseguir a un periodista”.

 

¿Más cerca de Europa? No importa.

Más cerca de Europa, Bielorrusia denegó una licencia de emisión al canal de televisión de la oposición Belsat (con sede en Varsovia), desde que criticara la autoridad del gobierno. De acuerdo al periodista freelance Ihar Ilyash, las autoridades bielorrusas también sabían muy bien cómo castigar a los periodistas sin atraer la atención pública. De esta manera, decía, tales crímenes se mantienen “bajo el radar” y la comunidad internacional no puede intervenir o reaccionar en consecuencia.

Periodistas de Georgia, Armenia y Moldavia también citan tendencias negativas en sus países. La periodista de investigación armenia, Liana Sayadyan, dice que la interferencia del estado se suele acrecentar durante las elecciones, lo que es obvio. “Durante las elecciones, no dejan trabajar a los periodistas como ellos quisieran, su equipo podría ser destruido. También hay amenazas para dejar de emitir. Cuando los periodistas se quejan a la policía, no suele pasar nada. Sólo en algunos casos raros y se tomaron acciones disciplinarias contra los oficiales”.

¿Qué somos para hacer todo eso? La característica común de los estados postsoviéticos es la continua presión sobre los periodistas y las organizaciones de medios y los continuos intentos de suprimir la libertad de expresión tanto como sea posible. Los gobiernos a menudo usan y abusan de su poder para silenciar las voces de la oposición o para evitar nuevas historias escandalosas. La censura puede volver, a pesar de lo que está escrito en las constituciones, incluso en países donde se ha logrado algún progreso. Por decirlo de otra manera, el panorama es sombrío y no hay muchas señales de que la situación en estos países cambie pronto.

 

Artículo Original: Oleksandr Yaroshchuk (Artículo original)

Traducción: Eduardo Budia y Álvaro Elías

Edición: Romina Morales

Imagen Portada: Marco Djallo

Etiquetas , , , , , , , , ,

Send this to a friend