Por fin la crisis ha terminado, dicen algunos. ¿Hemos regresado al escenario de hace una década? El huracán ha dejado un panorama desolador de desempleo, inseguridad laboral y hundimiento de salarios. Estos no son los únicos factores que han provocado que la profesión periodística se tambalee. Otro es el cambio en los estilos de vida, de trabajo y de negocio que afecta a todos los ámbitos y lugares, y trueca, para bien y para mal, la forma en que la ciudadanía se relaciona con la información, suscitando nuevas posibilidades y también problemas para el ejercicio de la democracia. Estas condiciones adquieren un tenor particular en España, donde están seriamente en cuestión la independencia tanto de los periodistas como de los propios medios, la pluralidad de la oferta informativa o la protección de la libertad de expresión y de prensa.
El mercado informativo está cambiando a pasos agigantados; a la dispersión del poder de la televisión se suma la creciente audiencia de los medios nativos digitales, que cada vez captan más público general o mainstream en España. Una de las características principales del nuevo paradigma es el crecimiento de las plataformas online, donde se puede recibir información de manera gratuita –un asunto sobre el que se discute hoy en todos los campos, legal, comercial o de responsabilidad con la veracidad. La nueva lógica informativa pone de manifiesto el rompecabezas de la financiación y exige a los medios buscar nuevas formas de sustento económico, en un marco donde la mayoría de los medios online dependen en gran medida de la publicidad.
A pesar de que la televisión sigue siendo el primer medio elegido por los que buscan informarse, estamos dentro de una nueva lógica mediática, con internet ganando terreno y dividiendo la atención de los anunciantes y de los consumidores de noticias y opinión. Parece claro que la manera de adquirir, intercambiar y difundir información ha cambiado. No obstante, el informe anual Bot Traffic Report 2016 de Imperva Incapsula revela que el 51,8% del tráfico mundial de internet es generado por bots. A menudo estos robots son utilizados para generar tráfico adicional en las páginas e “inflar” los datos de audiencia.
Pero ¿han mejorado las condiciones de trabajo de los periodistas? La “devaluación de la profesión”, que según el Informe de la Profesión Periodística de 2016, de la APM, perciben el 40,9% de los profesionales, ligada a la precariedad laboral, ha pervertido el ejercicio de la profesión al punto que el periodista se convierte en un “mero recopilador de informaciones”. El paro de larga duración crece dramáticamente: entre 2015 y 2016 el número de profesionales que llevan más de tres años desempleados ha pasado del 27,9% al 42,5%. Con ello, las expectativas laborales de los periodistas y de los que pretenden dedicarse a ello se desploman.
Según el Informe de la Profesión, el 48,1% de los becarios encuestados declararon que no recibieron remuneración. Además, al 40,7% no se les asignó un tutor durante su beca. Un dato “menor”, pero indicativo de la extensión y naturalización de la irregularidad, con la que el objetivo educativo del becario pasa a un último plano, sin que las asociaciones de la prensa hayan sido capaces de poner freno a estos abusos. La crisis, o la pujanza de ciertos modelos económicos y empresariales, también ha afectado a la diversidad mediática. La Comisión Europea encarga estudios anuales al Media Pluralism Monitor (MPM) sobre el riesgo para el pluralismo informativo en los países de la Unión Europea. Los resultados del último informe de 2016, junto a los anteriores, confirman el alto riesgo para la pluralidad que supone la propiedad cruzada. Las leyes españolas carecen de reglas que se encarguen de limitar la concentración de propiedad de los medios de manera concreta y esto afecta de manera negativa al pluralismo mediático del país.
En 2015 el New York Times recordaba que entre finales de 2014 y 2015 dimitieron tres directores de tres de los periódicos más importantes de España: El País, El Mundo y La Vanguardia. Vinculaba además las renuncias a “intereses políticos y económicos”. Los entes reguladores también se han deteriorado. Como recuerda el MPM, a pesar de estar bajo control parlamentario, ocho de cada diez miembros del Consejo Nacional de los Mercados y la Competencia (el ente regulador) han sido nombrados por el Partido Popular, por lo que “no reflejan el pluralismo de los grupos parlamentarios”. Las oscuras relaciones entre los medios convencionales y los poderes fácticos se han agravado en los últimos tiempos, creando una seria alarma sobre la fiabilidad e independencia de la información, pilar básico de la democracia.
El Consejo de Informativos de RTVE ha denunciado de forma reiterada las malas prácticas de los medios estatales. En su último informe, señala 60 casos de estas malas prácticas entre enero y marzo de este año y alerta del aumento de la censura cuando las noticias perjudican al Partido Popular.
Como muchos otros medios, asociaciones e instituciones nacionales e internacionales, el MPM alerta asimismo de que la reforma del Código Penal en 2015 y la Ley Orgánica 4/2015 de protección de la seguridad ciudadana –ampliamente conocida como Ley Mordaza– ponen en riesgo la libertad de expresión y el derecho a la información en nuestro país.
Versión completa del texto en CTXT: http://ctxt.es/es/20170712/Politica/13669/CTXT-periodismo-independencia-pluralidad-internet.htm