La 25ª Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, también conocida como COP25 o Cumbre del Clima, comenzó el 2 de diciembre, y esperaba prolongarse hasta el 13, pero finalmente se cerró el domingo 15 de diciembre, con más de un día y medio de retraso por la imposibilidad de llegar a acuerdos. La Cumbre iba a celebrarse en Chile, pero fue trasladada a Madrid como consecuencia de los conflictos que se están produciendo entre el gobierno y la sociedad chilena.
El evento supuso dos semanas de acción climática, en las que se concentró a representantes de todo el mundo con el fin de encontrar soluciones que refuercen el cumplimiento del Acuerdo de París, que tiene como principal objetivo limitar el calentamiento global a 1’5ºC, o no superar los 2ºC.
Los datos no mienten, estamos en peligro
Coincidiendo con la Cumbre del Clima, se han publicado datos que demuestran que la emergencia climática empeora cada día. Las repercusiones son negativas para las vidas de todos los seres vivos del planeta: aumentan las olas de calor extremo, la polución atmosférica, los incendios en los bosques, inundaciones, sequías, los niveles del mar suben, los polos se derriten…
Todos los indicadores medioambientales indican que nos encontramos en un punto crítico. Las emisiones a nivel mundial están alcanzando niveles sin precedentes; durante los últimos cuatro años, las temperaturas han ido subiendo hasta convertirlos en los años más calurosos de la historia. Y se necesitan reducir los gases de efecto invernadero, endureciendo los planes ya establecidos, pero el problema está en que los cuatros países (EE UU, China, la India y Rusia) que suman alrededor del 55% de las emisiones mundiales de efecto invernadero, no se han presentado en esta cita para cumplir la misión.
La Cumbre finaliza sin un acuerdo en los mercados de carbono
La sensación que ha quedado al finalizar la Cumbre es de insatisfacción, porque, a pesar de que se ha logrado aprobar un documento después de 14 días de trabajo, hay países que no han quedado contentos con el resultado. “Chile-Madrid Tiempo de Actuar» es el documento que, según el Ministerio para la Transición Ecológica, “sienta las bases” para que antes de la próxima Cumbre del Clima de 2020 (Glasgow COP26) los países se comprometan a aumentar sus compromisos de reducción de emisiones de CO2. Es decir, deben presentar planes de acción más ambiciosos para dar respuesta a la emergencia climática por la que estamos pasando.
Lo que ha quedado fuera de este documento es el artículo 6 del Acuerdo de París, que regula el funcionamiento de los mercados. La compraventa de emisiones de CO2 era uno de los puntos principales en la agenda de la Cumbre, pero finalmente no se ha conseguido una regulación para los mercados, por lo que no se permitirá el comercio de emisiones entre los países y las empresas.
En esta negociación hay dos partes divididas: por un lado, la Unión Europea, que no está dispuesta a aceptar un pacto que no fije reglas seguras para garantizar que este tipo de mercados no se conviertan en un coladero de proyectos poco claros o de doble contabilidad de las emisiones de efecto invernadero que se ahorren con este mecanismo.
Por otro lado, en la cumbre…
Se encuentran China, India, Australia y Brasil, que son países que cuentan con abundantes derechos de emisión, que pretenden utilizar a partir de 2020. Es por ello que durante las últimas semanas se han propuesto bloquear las negociaciones para la creación de un mercado de carbono con reglas seguras, y buscan que en el pacto se incluyan los derechos adquiridos en años anteriores para emitir CO2.
Teresa Ribera, ministra para la Transición Ecológica, comentó el “no acuerdo” desde su cuenta de Twitter: «Se trabajó intensamente para asegurar unos mercados de carbono globales aseguren una contabilidad robusta respetuosa de la integridad ambiental. Algunos no se sintieron cómodos, así que queda pendiente para el año que viene».
También, la ministra de Medio Ambiente de Chile, Carolina Schmidt, aseguró que desde un principio querían cerrar un artículo 6 que permitiera a los países “implementar un mercado de carbón robusto con integridad ambiental”, y trasladó a los medios de comunicación su tristeza por “no haber llegado a un acuerdo”.
Estados Unidos, China, la India y Rusia no se comprometen con un cambio
Estos cuatro países juntos suman alrededor del 55% de las emisiones mundiales de efecto invernadero, por lo que sin el apoyo de ellos, poco se podrá avanzar. Desde que se puso en marcha un plan para salvar al planeta, Estados Unidos, China, India y Rusia no han querido hablar sobre acciones ambiciosos que reduzcan las emisiones de C02.
De momento y hasta el día que finalizó la Cumbre en Madrid, se negaron a comprometerse con la ambición climática, y se limitaron a recordar que, en el acuerdo de París, se especifica que la revisión de los planes puede demorarse hasta el 2023. A pesar de ello, la Unión Europea les insistió en la necesidad de dar una respuesta inmediata porque son evidentes los problemas que dejará el calentamiento global.
Las próximas elecciones presidenciales de Estados Unidos, que se celebrarán durante el mes de noviembre de 2020, y la difícil situación que está viviendo China actualmente, como consecuencia de la guerra comercial que está amenazando el crecimiento del país, son factores que podrían provocar el cambio de opinión de los países y la posibilidad de llegar a un acuerdo en 2020 que se centre en el cambio climático.
Glasgow será la sede de la que salgan las decisiones que podrían cambiar el rumbo de nuestro planeta. Si China y Estados Unidos aceptan un acuerdo para reducir las emisiones de C02, se podrá avanzar a pasos agigantados, ya que seguramente India y Rusia se verán presionadas a imitar las decisiones de estas dos potencias mundiales.
Así acababa la 25ª edición de la Cumbre del Clima, con un mal sabor de boca, consecuencia del distanciamiento entre países, del que ha hablado el secretario general de la ONU, António Guterres, a través de su cuenta de Twitter: «La comunidad internacional perdió una oportunidad importante para mostrar una mayor ambición en mitigación, adaptación y financiación para hacer frente a la crisis climática. Pero no debemos rendirnos, y no me rendiré».
Edición: Romina Morales
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