En un artículo anterior para EJO, Jan Rau y Felix Simon examinaron el papel desempeñado por las contrapublicaciones digitales en el mundo actual. Ahora analizan el caso de los movimientos extremistas e identitarios de Alemania y cómo han tratado de imponerse en la agenda de los medios.
Los medios tradicionales todavía, y por ahora, controlan en gran medida la agenda de noticias. Juegan el papel de guardianes, determinando lo que se discute en el ámbito público. Pero Internet está dando la oportunidad, cada vez más, a aquellos a quienes se les ha negado el acceso a los medios anteriormente.
Esto ha llevado al nacimiento de contrapublicaciones digitales, que originalmente se definieron como espacios alternativos de discusión para grupos sociales marginados. Sin embargo, se han convertido en plataformas para el desarrollo y la difusión de puntos de vista no convencionales o, en ocasiones, incluso extremistas.
Estas contrapublicaciones digitales están demostrando ser cada vez más adeptas a eludir a los guardianes habituales, los medios de comunicación tradicionales, y garantizar que las opiniones alternativas se conviertan en parte de la agenda pública.
Los peligros de la amplificación y la normalización
La creciente prominencia de tales puntos de vista en la esfera pública pone a los medios tradicionales en un dilema. Los dos mayores peligros que los medios deben tener en cuenta son la amplificación y la normalización. Los principales medios de comunicación deben decidir si informar sobre un tema realmente tiene el efecto de exagerar su importancia. La atención de los medios puede hacer que las historias problemáticas, los grupos y las personas, que pueden ser provocadores y manipuladores, parezcan más grandes de lo que realmente son.
Al dar una plataforma a las ideologías antidemocráticas, los medios de comunicación también corren el riesgo de convertirse en cómplices de la normalización de esos puntos de vista. Este cambio de los límites de lo aceptable se denomina Ventana de Overton. Finalmente, los medios de comunicación también corren el riesgo de legitimar comparaciones falsas: claramente, la negación del Holocausto no es una perspectiva comparable al hecho histórico del Holocausto.
Negando a los extremistas el oxígeno de la publicidad
Los periodistas, a menudo, tienen que navegar por un campo ético plagado de minas. ¿Cuándo deben informar? ¿Puede su trabajo causar daño? ¿Hay ocasiones en que sería mejor no dar a los movimientos extremistas la publicidad que anhelan?
Un ejemplo reciente ocurrió en Alemania a principios de este año 2019, cuando los partidarios del Movimiento Identitario de extrema derecha colgaron carteles en las instalaciones de los medios de comunicación de todo el país. El grupo afirmó que el objetivo de su campaña de carteles era llamar la atención sobre el hecho de que los medios no informaran acerca de la violencia de izquierda en el país. El evento se documentó en YouTube, Twitter y el sitio web del grupo, la sede de la contraparte digital que el movimiento identitario ha creado. Fue una apuesta por llamar la atención pública y la estrategia funcionó.
La prensa alemana entró en una forma de indignación total, etiquetando la campaña de carteles como un ataque al periodismo y a la libertad de prensa; una afirmación que parecía un tanto exagerada. La extensa cobertura de la campaña de propaganda por parte de los medios de comunicación la convirtió en un éxito. La campaña del póster original pudo haber quedado fuera de los medios. Sin embargo, se volvió viral gracias al material difundido por los públicos de derecha, amplificado voluntariamente por los medios de comunicación. Varios medios de comunicación utilizaron material publicitario generado por los identitarios (vídeos, fotos y tuits) para ilustrar sus informes.
Los identitarios reconocen abiertamente el propósito de sus acciones. Se refieren explícitamente a trucos como el «trabajo de los medios» y dicen que el objetivo es influir en la percepción pública. El rostro público del movimiento, el austriaco Martin Sellner, lo expresa con sus propias palabras: en su página de YouTube llama a la campaña una «guerra de información».
No se puede dejar de pensar que el tono de la cobertura de la campaña de carteles de los identitarios, por parte de los principales medios de comunicación, fue una reacción exagerada que se puso al servicio de los extremistas.
Desafíos para el periodismo moderno
Internet y las redes sociales ofrecen nuevas oportunidades para explotar el gusto de los medios por temas controvertidos. Permite que los activistas políticos inicien campañas para atraer la atención e influyan en la agenda de los medios de comunicación, a través de los medios públicos digitales. Los movimientos de extrema derecha han demostrado ser especialmente expertos en explotar esta oportunidad, aunque algunos grupos de izquierda también se han aprovechado de ella.
Un informe de 2018 sugirió que los medios de comunicación alemanes han logrado algún progreso en el aprendizaje de cómo no reaccionar ante la «provocación» de la extrema derecha. A pesar de esto, la respuesta a los «ataques» del movimiento identitario muestra que todavía hay margen de mejora.
Es importante que los medios de comunicación diseñen estrategias para enfrentar incidentes similares en el futuro. La línea entre negarse a caer en los intentos de establecer la agenda, por parte de grupos extremistas, y cerrar las voces opositoras legítimas es muy fina. Y mientras que en el caso del Movimiento Identitario (clasificado como de extrema derecha y monitorizado por el servicio de inteligencia nacional de Alemania) esto podría ser muy sencillo de dilucidar, otros procesos podrían ser mucho más complicados.
No obstante, los medios de comunicación deben ser más conscientes de sus propios puntos ciegos para caminar por esa línea con confianza y seguridad. La capacidad para enfrentar estos desafíos requiere una profunda conciencia de las tensiones bajo las cuales opera el periodismo moderno y una buena disposición para enfrentarlas directamente.
Datos Técnicos
Pieza Original: How Extremists Aim To Set The Media Agenda – Case Study: Germany’s Identitarian Movement
Autores Originales: Jan Rau y Felix Simon
Traducción: Graciela Padilla
Edición: Romina Morales
Imagen de Portada: Nick Fewings
Etiquetas Alemania, campaña, extrema derecha, Extremistas, medios