La crisis de los medios durante el confinamiento en España (2)

29 noviembre 2020 • Política mediática • by

Otro de los asuntos polémicos en los inicios de la crisis fue la supuesta incidencia de las manifestaciones feministas del 8M, que tuvieron lugar la semana anterior al inicio del confinamiento. Vox, el partido de extrema derecha recién llegado al Parlamento, tiene a los medios de comunicación y al feminismo entre sus bestias negras, y los análisis sobre el 8M le proporcionaron una excusa para organizar un huracán en las redes.

La publicación digital La Marea publicó el 26 de marzo un análisis estadístico para desmontar las tesis de la ultraderecha de que las manifestaciones del 8M fueron la espoleta del contagio de virus. El artículo fue firmado por Miguel Lacambra, sin que La Marea señalara que el nombre del autor era un pseudónimo.  El perfil de Lacambra en Twitter mostraba además una foto generada por inteligencia artificial. Era una cuenta creada por el ingeniero Diego Álvarez Miguel para divulgar sus análisis de las estadísticas de víctimas del coronavirus, generando gráficas que enfatizaban las disminuciones porcentuales de las tasas de crecimiento. La cuenta creció rápidamente en número de seguidores, heredados en buena manera del periodista Antonio Maestre, muy activo y polémico en la red social y que se hizo eco de sus análisis.

La defensa del feminismo, la cercanía a un periodista de izquierdas y el uso del pseudónimo, sumados con un crecimiento de seguidores e influencia muy, generaron una tormenta en Twitter que hizo que su nombre se convirtiese en trending topic. Desde Twitter se acusó al periodista Antonio Maestre e incluso al propio gobierno de ser los creadores del perfil.

Como señaló el periodista de El País Jordi Pérez Colomé, “la historia ejemplifica muy bien el ecosistema de Twitter. Hoy en la red gana la narrativa de quienes sabían que el coronavirus iba a ser una pandemia. El Gobierno no está en ese grupo”. Sin embargo, los errores de comunicación del gobierno han alimentado las teorías de la conspiración en las redes a las que se han sumado los medios críticos con el gobierno.

Mala política informativa

La ultraderecha, con notable presencia en las redes, ha acusado al gobierno de Pedro Sánchez, desde el inicio del estado de alarma, de “ser responsable de la muerte de miles de españoles” y “ocultar y maquillar las cifras de muertos”. También han acusado a los medios de comunicación de dejarse comprar con financiación pública, ser usados “para silenciar el clamor popular y minimizar las protestas”, divulgar fake news y ser cómplices de la eliminación de la libertad informativa. Estas acusaciones llegan desde un partido que impide sistemáticamente la entrada a sus actos de los periodistas de los medios críticos con sus propuestas.

Estas acusaciones se han apoyado en errores de la política de comunicación del gobierno. Al iniciarse el estado de alarma, las ruedas de prensa semanales del presidente del gobierno se hicieron a través de videoconferencia, pero las preguntas de los periodistas eran enviadas a través de un canal de whatsapp para que  el secretario de Estado de Comunicación, Miguel Ángel Oliver, seleccionara las que consideraba pertinentes y las leyese al presidente. El 21 de marzo, varios periodistas acordaron enviar la misma pregunta, que no fue hecha al presidente: Oliver alegó que Pedro Sánchez quería dar respuesta primero a los presidentes de las Comunidades Autónomas, con los que tenía reunión al día siguiente.

El resultado fue que varios medios decidieron retirar a sus periodistas de este tipo de ruedas de prensa. Más de 500 informadores firmaron un manifiesto con el título La libertad de preguntar: recordaban que con el estado de alarma, el Gobierno disfruta de unos poderes «muy superiores a los normales», por lo que «es importante que la prensa realice su labor de control, más aún cuando el Parlamento ha limitado enormemente su actividad». La principal forma de ejercer esta función desde el periodismo es a través de las preguntas –y las repreguntas– a los miembros del Gobierno». Solo entonces, desde el 5 de abril, se realizaron ruedas de prensa con preguntas sin filtrado.

El gran protagonista mediático de la crisis ha sido el epidemiólogo Fernando Simón, director del servicio de emergencias sanitarias. Cada día, Simón ofreció las cifras actualizadas de fallecidos, ingresados y contagiados. Durante los dos primeros meses comparecía ante los medios  acompañado por responsable policiales y militares: ha habido muchas críticas por el uso de metáforas bélicas y por unos mensajes que trataban a la población como si fuesen soldados en una batalla. El máximo responsable de la Guardia Civil, preguntado sobre los bulos y noticias falsas que circulaban esos días, declaró que los cuerpos policiales revisaban las redes sociales para minimizar ese clima contrario a la gestión de crisis por parte del Gobierno”.

Cada uno de estos elementos -la presencia de militares y su rastreo de las redes sociales- han servido a la extrema derecha para sostener la existencia de una conspiración sostenida por los medios y el gobierno. Una vez creada la historia, fue creciendo. Cuando el Centro de Investigaciones Sociológicas hizo en su encuesta de abril una pregunta sobre una posible limitación de la libertad de expresión en las redes para contener los bulos, fue interpretado como el primer paso hacia un sistema de censura.

En esos mismos días, Whatsapp anunció que iba a restringir en todo el mundo el reenvio de mensajes de forma masiva para frenar la desinformación: era la manera en que el popular programa de mensajería pretendía luchar contra los bulos, pero fue interpretada como un nuevo paso hacia el control gubernamental de la información. Y también la recomendación que hace WhatsApp para usar los servicios de fact checking como Newtral o Maldita.es, que han ganado visibilidad durante la crisis, se leyó como un elemento más de que existen unos medios que censuran en las redes sociales la información que pudiera perjudicar al gobierno. Se da la circunstancia de que la fundadora de Newtral es Ana Pastor, conocida periodista de la cadena de televisión LaSexta, el canal más progresista de la televisión española.

 

Una versión editada de este artículo ha sido publicada en alemán en EPD Medien

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