Ondas desde el Sahara

26 noviembre 2018 • Ética y libertad de expresión, Política mediática • by

 

En medio del desierto, la única moneda que sirve es el ingenio. Esta consideración es doblemente determinante cuando hablamos de la hamada argelina, el hogar forzado en un exilio de cuatro décadas, para gran parte del pueblo saharaui.

Ese exilio tuvo su punto de partida en 1975. La España franquista se derrumbaba y la hasta entonces colonia del Sáhara Occidental pasó a ser una moneda de cambio. Ese momento era esperado por el Marruecos de Hassan II, que invadió de norte a sur el territorio, entonces en vías de descolonización para los nativos saharauis.

Pese al sacrificio de la separación de la tierra, las familias, las raíces y el dolor por la guerra hasta 1991 y el silencio posterior, como fascinante son las flores del desierto o los nómadas que recorren cientos de horizontes, deslumbra la superación de un pueblo, que eleva sus jaimas frente al siroco y levanta escuelas, hospitales y hasta una televisión, en los campamentos de refugiados saharauis de Tindouf. Sí, una televisión en medio del desierto.

En El Aaiun, la capital del Sáhara Occidental y a cientos de kilómetros de Tindouf, el régimen de Mohammed VI engalana regularmente las avenidas de banderas y retratos del Majzén. Las casas, obligatoriamente, se pintan de rojo, el color de los alauíes y la alta presencia policial impide a los saharauis manifestarse o la visita de ningún periodista. Sin embargo, en las casas saharauis hay una peculiaridad. En muchas ventanas y terrazas hay dos parabólicas. Una de ellas conecta con la televisión marroquí y las grandes cadenas. La otra, en dirección al sur, es la que sintoniza con RASD TV, el canal que emite desde los Campamentos de refugiados.

RASD TV, el canal que emite desde los Campamentos de refugiados

Si sacar al balcón o por la calle una bandera saharaui está fuertemente reprimido, las dos antenas o la parabólica que mira al sur son un símbolo de resistencia.

Jalil Mohamed Abdelaziz, Director de RASD TV, explica que esas antenas tienen que mirar al sur, hacia un satélite que emite en Nigeria y el sur de África Occidental, debido a las presiones económicas, consubidas estrepitosas de las tasas de emisión o la censura de satélites del Magreb, para que no pudieran emitir. Aun así, la falta de presupuesto se vuelve a suplir con el ingenio de los que han sacado adelante una televisión a partir de la cooperación y de manera autodidacta.

En una coyuntura de silencio mediático o con una misión desplegada de las Naciones Unidas (la MINURSO), que es la única sin redes sociales o información periódica para los saharauis, emitir es resistir. Jalil cuenta que su objetivo no es competir con los canales de entretenimiento, sino tener un puente entre los saharauis y las familias separadas entre el exilio, los territorios ocupados y la diáspora en Mauritania, Argelia, España…

“¿Cómo sería el encuentro entre familias que no se han podido conocer, porque les separa un muro minado y con militares de 2700 kilómetros?” Esa pregunta y su respuesta son la filosofía de la televisión saharaui. “Que los saharauis, pese a la distancia, puedan ver noticias de su pueblo y mantengan la sed de conocer más de su cultura”. Precisamente, en el fomento de la cultura, el castellano tiene un hueco muy relevante en RASD TV, estando presente en informativos y programas.

Desde las escuelas, los saharauis siguen estudiando nuestro idioma. “Es una cuestión que Hassan II y Mohamed VI han intentado destruir, porque si borran las huellas del pasado colonial, legitiman su presencia en el Sáhara, cuando nunca han tenido poder allí”. A la pregunta de si hay rencor hacia España, Jalil sentencia que separan el rencor colonial y lo diferencian de la identidad e historia peculiar de los saharauis, que les intentan arrebatar de la memoria. Así ha ocurrido con el derribo del antiguo fuerte español de Villa Cisneros (Dajla), un lugar cargado de historia para los saharauis y el mundo, ya que por ejemplo, Antoine de Saint-Exupéry, autor de El Principito, llegó a aterrizar de emergencia en su aeródromo, dándonos la oportunidad quizás, de conocer sus obras gracias a ello.

Antes de terminar la entrevista, mi última pregunta a Jalil es cuáles fueron la reacción y caras, cuando propusieron sacar adelante el proyecto. -“Cuando miramos atrás, entre los compañeros que trabajamos aquí, nos damos cuenta de la locura que era proponer en un campamento de refugiados, con todas las prioridades que ello conlleva, sacar adelante una televisión. Todo lo que ha hecho el pueblo saharaui es una locura, pero aquí estamos”. “Hay momentos emocionantes. Uno de ellos fue cuando nos tocó, en 2015, documentar y emitir los destrozos de las lluvias torrenciales que echaron abajo muchas casas saharauis. Teníamos que reportar la necesidad y las consecuencias del abandono, que se mostraban esa vez con un fenómeno provocado por el cambio climático, pero todo ello sin perder la dignidad”.

 

Autor: Jesús Guerra Pérez

Ondas desde el Sáhara – Entrevista a Jalil Mohamed Abdelaziz en abril de 2018 en Rabouni, Campamentos de refugiados saharauis en Tindouf (Argelia)

Edición: Romina Morales

Imagen de portada: Frederik Löwer

Etiquetas , , , , , , , , ,

Send this to a friend