Alejandro Ortiz es mexicano, originario de Guerrero, uno de los máximos exponentes del periodismo de raza y voz que clama contra la violencia que sufren los profesionales en su país, una de las naciones con mayor corrupción y actividad de crimen organizado según el Balance Anual de profesionales asesinados en 2020 de Reporteros sin Fronteras (RsF). Esa tierra tan generosa es paradójicamente uno de los lugares más complicados para ejercer el Periodismo, algo que Ortiz conoce de cerca. Ha sufrido ataques personales y amenazas por parte de grupos mafiosos para conseguir su silencio y reprimir su trabajo de dar a conocer la verdad. Ortiz aduce que uno de los principales problemas, además de las violencias, es que la justicia es muy, muy lenta: “tarda en dirimirse y aplicarse, por lo que los grupos del narco, los poderes y las fuerzas ocultas tienen margen para poder actuar”. “La gente México es muy buena, pero quienes no lo son siempre sobresalen más”, puntualiza.
El amor por la profesión y sus férreas convicciones le llevan a denunciar el yugo que vulnera la libre información y le traen a España para contarlo a las generaciones de futuros profesionales. Es redactor del medio digital Bajo Palabra, de Enfoque Informativo Radio y participa en el proyecto Ahora Guerrero.
Pregunta.- ¿Cómo empezó en la profesión?
Respuesta.- «Pues di continuidad a una saga familiar, parientes que ejercen como reporteros, pero un poco divididos. En el país hay prensa oficialista, que se presta a decir lo que el político de turno quiere decir y, por otro lado, la parte crítica, que es generalmente la parte agredida. Quizás por ser joven, me concitó a decir ¨vamos a decantarme. Vamos a decir lo que nadie quiere¨. Y así fue como empecé en el Periodismo. Un día de manera local, con fotografías a personas que llevaban a Barandillas, que es una cárcel municipal donde llevan a personas con alcoholismo e infracciones menores. Esto me permitió cubrir el periodismo a pie de calle por primera vez. El problema nace cuando quieres ejercer el periodismo crítico porque tarde o temprano te encuentras con aspectos de corrupción y drogas.»
P.- ¿Qué pensó al ser atacado por policías comunitarios, aunque fuesen Los Ardillos (fuerzas del pueblo)?
R.- «Sentí miedo cuando me cogieron y me amenazaron con matarme y cuando me sentaron, golpearon y ataron. Todo ante la mirada de policías estatales del ejército mexicano, que me denegaron ayuda y se acercaron solo para registrar mi filiación.»
P.- Tras estos hechos, ¿ha perdido la fe en las fuerzas y cuerpos de seguridad?
R.– «No, no he perdido la fe. Seguimos alzando la voz sin perderla del todo. Es difícil conservarla cuando, el pasado año, asesinaron a 30 compañeros, el doble que en 2018. El periodismo mexicano es aguerrido. Somos fuertes, estamos unidos y seguimos denunciando y exigiendo protección. No existen condiciones para ejercer un periodismo libre por eso debemos seguir presionando.
Y ha dado algún fruto, ya que el Gobierno va a crear una institución para investigar y proteger a activistas y periodistas. La meta está muy lejos, pero tiene sentido alzar tanto la voz.»
P.- Los hechos apuntan a que, durante esta pandemia, carecen de equipos de protección. Tanto la Universidad de Columbia, el Colectivo Periodistas a Pie o la Red de Periodistas del Estado de Quintana Roo han publicado que los profesionales mexicanos carecían de los medios adecuados.
R.- «Bueno, yo participé en alguno de esos estudios. Por parte de las empresas, no preocupó la seguridad y no ofrecieron ni siquiera mascarillas. El dinero público destinado a los medios de comunicación en México no es transparente. Como reportero, puedo exigir a mi empresa el derecho a la seguridad social, por ejemplo. Pues más del 50% de los reporteros de los medios no cuentan con esa cobertura. Es una situación grave. Los resultados son alarmantes, pues la protección por parte de las empresas y del Estado se reduce y, muchas veces, ni existe.
Varias ONG sanitarias han considerado a los profesionales de los medios como susceptibles de ser primera línea de vacunación, ya que tienen cobertura diaria con la información en hospitales, morgues etc. En cambio, no entramos en el grupo prioritario del gobierno. El apoyo recibido por parte de las empresas periodísticas, cuya responsabilidad es la de cuidar a sus trabajadores, es mínimo. El Gobierno, al fin y al cabo, cumple con pagar a la empresa y son ellas quienes deberían mantener atendidos a sus empleados. Estando ya en Madrid me informaron de la muerte de 3 colegas solo en mi ciudad, en la ciudad en la que yo vivo, a causa de la COVID-19. A uno lo encontraron después de 4 días y nadie lo había echado en falta. Ahí está una dura muestra del abandono que sufrimos los periodistas.
Estas realidades hacen que las nuevas generaciones pierdan motivación para ejercer el Periodismo en México.»
P.- El caso de Sergio Aguayo es paradigmático. Un verdadero asedio judicial por denunciar las prácticas del ex Gobernador del PRI, Umberto Moreira. Aguayo fue condenado a pagar cerca de medio millón de dólares por ejercer su profesión hasta las últimas consecuencias ¿Es un paradigma de la libertad de expresión?
R.- «Es un verdadero atentado del sistema contra la profesión. Sergio Aguayo o Lidia Cacho son referentes mundiales del periodismo mexicano. Los acosan judicialmente para silenciarlos. Hay muchos ejemplos de adalides de la libertad como, en Sinaloa, el compañero Valdés, asesinado. En Guerrero, el compañero Francisco Pacheco, asesinado. Y ni siquiera tuvieron derecho a un juicio, simplemente los “sacaron del camino” porque no gustaba lo que contaban.
Es lamentable que, hoy en día, periodistas críticos estén siendo juzgados, que estén tratando de encarcelarlos por ser críticos. Es lamentable que los nuevos gobiernos y, sobre todo, el primer gobierno de izquierdas en México, o al menos así se auto denominan, siga estigmatizándonos.»
P.- Hay un caso parecido de abuso gubernamental en el estado de Veracruz, Antonio de Marco Arango fue detenido por utilizar un dron mientras denunciaba la aparición de una bolsa de plástico negra sospechosa en el río de Tuxpan.
R.- «Sí, de abuso total. En México no existe regulación sobre drones. No puedes inventar un delito para culpar de una acción que no ha ocurrido, pues no alteró la escena. Entiendo que para la mentalidad europea y su legislación es difícil de entender… En mi país, a cualquier hora del día puedes encontrarte un asesinato, por lo que hay reporteros especializados en este tipo de sucesos, lo que nosotros llamamos ¨nota roja¨. En el caso por el que preguntas, Arango reportó bolsas sospechosas. Insisto, algo cotidiano. Tras acordonar la zona las autoridades, él usó un dron para tomar imágenes de la escena del crimen. A las fuerzas de seguridad de Veracruz no les gustó ver como un comunicador daba a conocer inmediatamente lo que no querían que se difundiese. Afincaron un delito y lo detuvieron. Ahora, 48 horas después, sigue detenido y las autoridades están buscando formas de hacerle responsable. Culpabilizan al reportero en vez de buscar al autor del crimen.»
«Los reporteros de bajo perfil, de actuación local, deberían ser los protegidos»
P.- ¿Existen en Latinoamérica organizaciones que defiendan a los periodistas?
R.- «Vemos a colectivos de reporteros defendiendo a otros reporteros. Es el caso de un grupo con varios años de trayectoria en México y partes de Latinoamérica que se llama Artículo 19. Una ONG que se encarga de gestionar, en algunos momentos de riesgo, esta labor. Otra es Periodistas de a Pie, personas que han trabajado en medios y que defienden a colegas. Desde hace un año sí existe en mi país una institución pública para atender los casos de profesionales amenazados o agredidos. Creo que es más una simulación que una institución real. Existe, pero le falta mucho para funcionar cómo debiera porque no está bien enfocado. Los reporteros de bajo perfil, de actuación local, deberían ser los protegidos. Defienden más a los periódicos que a los periodistas.»
P.- Hablando del presidente Andrés Manuel López Obrador, ¿por qué profiere “odio” contra el periodismo, cuando es una de las herramientas básicas para una democracia plena?
R: «El populismo en el poder es muy peligroso. El primer gobierno de izquierdas en México desde hace 60 años, después de doce de dominio de derechas que en la lucha contra el narco dejó las calles llenas de sangre, era una esperanza, un anhelo frustrado con un solo año de Gobierno.
Es muy peligroso que un representante de un estado democrático se dedique y dedique su tiempo a criminalizar a los medios de comunicación críticos. Se nos acusa de estar unidos a los partidos políticos anteriores, con los regímenes anteriores, nos acusa incluso de tener propiedades millonarias…. López Obrador deja una pauta, una pauta para que seguidores, los conocidos AMLOvers actúen rechazando a los profesionales. No me imaginaba que, desde la sede del poder federal, un presidente se dedicara a exhibir a medios de comunicación y a reírse de ellos porque según él no dicen la verdad. Para él y su gente, no puedes ser crítico y desear la transformación del país. Si no alabas lo que AMLO está diciendo o haciendo, o lo criticas, eres un antipatriota. La libertad de opinión y prensa se ven coartadas por la posibilidad de un levantamiento y acoso público. Los seguidores del presidente se encargan de señalarte con lo peor.
Hay redactores que optan por reflejarse en la máxima: “Mejor autocensurarse que morir de hambre”.»
Fotografía: Jesús de Miguel para Tribuna Complutense
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