Según un estudio, el COVID-19 hizo más relevante y legítimo el periodismo español

Dibujo de diferentes personas leyendo el periódico para informarse del coronavirus. El Covid mejoró el periodismo en España.

22 febrero 2022 • Reciente • by

Cuando el COVID-19 comenzó a expandirse en Europa a inicios de 2020, España fue de los primeros países en sufrir los efectos del brote. A partir de marzo, España estuvo bajo toque de queda durante más de tres meses.

“Fue una situación que nos tenía atrapados a todos, algo para lo que nadie estaba preparado”, me comentó un editor al que entrevisté. Él fue uno de los diez periodistas españoles a los que les pregunté acerca de su experiencia en la pandemia para hacer mi tesis de grado en el Instituto de Periodismo de la Universidad de Dortmund. Mi objetivo era comprender cómo esta afectó la percepción de los periodistas respecto a sus roles profesionales.

Ciertamente, la crisis había introducido nuevas e inesperadas presiones a la profesión. La demanda de información confiable se disparó. Casi todos los entrevistados reportaron un agudo incremento en la carga laboral, acompañada de las presiones de los plazos de entrega.

Al mismo tiempo, la pandemia estaba haciendo que las condiciones laborales fueran más difíciles. Repentinamente, todos tuvieron que recurrir al teletrabajo. Las entrevistas en persona y las interacciones en salas de prensa quedaron prohibidas e, inicialmente, la producción de contenido audiovisual fue casi imposible. Además, había un conocimiento muy reducido respecto del nuevo virus y había mucha desinformación circulando por las redes sociales.

 

Roles conflictivos 

Pero la crisis no solo alteró las prácticas diarias de los profesionales mediáticos, también afecto sus vidas privadas. “Al fin y al cabo, uno también está bajo toque de queda, no sales en meses, estás asustado y ansioso, te preocupas acerca de tu familia. Por supuesto, te afecta personalmente”, dijo uno de los periodistas entrevistados. Otros entrevistados también reportaron haber experimentado episodios de ansiedad acerca del bienestar de sus seres queridos, así como problemas en el cuidado de sus hijos y fatiga a razón del confinamiento. En resumen, padecieron de los mismos retos que el resto de la población.

“Pero nosotros no solo vimos el sufrimiento a través de la televisión, lo vimos justo frente a nosotros”, dijo una periodista televisiva. Había momentos, añadió, en los que sus colegas quedaron al borde de las lágrimas, o en el que ella se sintió tan abrumada que quiso tirar su micrófono contra una esquina justo antes de salir al aire.

Estas tensiones entre las emociones propias y las profesionales, así como problemas prácticos como las difíciles e inusuales condiciones laborales, condujeron a nuevos tipos de conflicto y ambigüedad en la percepción del rol del periodista. Por ejemplo, la prohibición de contacto personal restringió a la habilidad de poder conectar, filmar y entrevistar a individuos respecto a sus historias. Pero, al mismo tiempo, existía la expectativa de que los periodistas tenían que ser capaces de capturar y reflejar de forma auténtica el sufrimiento y el impacto que había tenido la pandemia en la gente.

Resulta interesante que los periodistas con los que hablé dijeron que estos desafíos los motivaron a innovar. Por ejemplo, cuando dejó de ser posible ir a estudios de grabación, comenzaron a implementar herramientas de videoconferencia o le pedían a sus entrevistados que se grabaran usando sus móviles.

“Solo teníamos que adaptarnos”, explicaron varios de los entrevistados. Otros acotaron que la involucración a nivel personal mejoró la calidad de sus reportajes. “Hizo que el periodismo fuera más humano y empático”, concluyó uno de los periodistas.

Por otra parte, empatizar con las víctimas de la pandemia también fue un reto. Una reportera describió los problemas que había tenido para cubrir muertes en residencias o en pueblos pequeños. “En ocasiones, no querían confirmar que había habido un brote. Al mismo tiempo, yo también sentía pena por ellos, porque estaban muy tristes. Realmente era una situación horrible”. Otro periodista sugirió que la falta de distancia con los eventos afectó la objetividad periodística. 

 

Líneas borrosas 

En este contexto, intenté conectar las percepciones del rol periodístico con diferentes arquetipos, fundamentándome en numerosos modelos teóricos. Por ejemplo, Thomas Hanitzsch y otros investigadores que publicaron el estudio Worlds of Journalisms hacen una distinción entre los roles de ‘perro guardián’, que se enfoca en asegurar la responsabilidad política; el ‘rol acomodaticio’, que se encarga de diseminar contenidos de entretenimiento y consejo; los ‘roles de monitoreo e intervencionistas’, dirigidos a influir en las agendas políticas y a motivar el cambio social; y el ‘rol colaborador’, encargado de ayudar a aquellos que tienen poder.

Cuando les pregunté respecto a la percepción del rol que tenían de sí mismos, todos los entrevistados se centraron en la difusión de información veraz y asociada a los deberes del servicio público. Por ello, el rol acomodaticio emergió como la tendencia dominante.

También hubo evidencia de una aproximación colaboradora al periodismo. Especialmente al inicio de la pandemia, algunos de mis entrevistados sintieron que su función era informar de las decisiones gubernamentales y explicar las medidas impuestas. Por ejemplo, la obligatoriedad del uso de la mascarilla en espacios públicos. El que hayan expresado su frustración porque se haya descuidado esta función crucial del periodismo durante la pandemia, indica una inclinación hacia este rol.

Además, se encontraron atisbos de las funciones criticas y de monitorización del periodismo como un cuarto poder, lo que apunta al rol de monitoreo. Esto fue complementado con unas pequeñas dosis de rol intervencionista –especialmente cuando se trata de amplificar las voces y contar las historias de los marginados.

De todas formas, aunque se puedan identificar varios roles, está claro que las percepciones del rol de los periodistas durante el brote de coronavirus fueron multidimensionales y dependientes del contexto. Lo que este estudio sugiere es que la percepción de los roles periodísticos tiende a volverse confusa o borrosa durante una pandemia.

Esto va en línea con lo encontrado en los estudios de Claudia Mellado y otros investigadores en el año 2020. Concluyeron que, en una crisis sanitaria global como la del COVID-19, los roles periodísticos pueden tornarse menos distintivos. 

 

El periodismo en el Covid, «más importante que nunca»

En resumen, está claro que, indiferentemente de la percepción de sus roles, los periodistas entrevistados fueron unánimes en la percepción de que la labor periodística adquirió un nuevo nivel de legitimidad y relevancia durante la pandemia. Esto es una realidad particularmente cierta en el periodismo local y regional.

“Si no lo había sido siempre, el periodismo ahora es esencial y más importante que nunca”, dijo uno de los entrevistados. Algunos fueron más lejos: “Nosotros sentimos que los periodistas podemos ser parte de la solución para el problema que representa la pandemia”.

 

Texto original: Covid made journalism in Spain more relevant and legitimate, study finds.

Autor original: Pia Stenner

Traducido por: Rubén Padilla 

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