Un presidente negacionista, personas que viven y trabajan en condiciones precarias y mutaciones altamente infecciosas de Covid-19 es la combinación caótica con la que se enfrenta actualmente la población de Brasil. La situación de la “doble pandemia”, agravada por los intentos de amordazar a la prensa y obstaculizar el diálogo nacional, afecta incluso a organismos internacionales como la Organización Mundial de la Salud. En el momento de escribir este artículo, Brasil ocupaba el tercer lugar a nivel mundial en el total de casos de Covid-19, más de 14 millones registrados; y el segundo en muertes, con casi 400.000 fallecidos. El país es el punto cero de la mortal variante P1, denominada «variante brasileña» del virus; que, según se informa, es 1,2-1,4 veces más contagiosa que la inicial. Este empeoramiento constante de la situación ha provocado el colapso de los sistemas de salud en veinte estados brasileños, con cientos de personas esperando un lugar en las unidades de cuidados intensivos.
Pandemia doble
La tasa de infecciones es cada vez mayor; no solo por las variantes de la enfermedad, sino también por la débil respuesta del liderazgo y la falta de medidas de protección. El presidente Jair Bolsonaro ha negado continuamente el peligro del virus. Su reticencia a priorizar las vacunas es una historia que solo ha comenzado a cambiar recientemente con el aumento de las presiones políticas y económicas.
En enero de 2021, tras la aprobación de la Autoridad Nacional de Vigilancia Sanitaria de Brasil de las vacunas Oxford-AstraZeneca y Coronavac, se inició una campaña nacional de vacunación. Recientemente, el Ministerio de Salud anunció acuerdos comerciales con otros laboratorios y prometió 562,9 millones de dosis hasta diciembre. Pero no es suficiente, en la actualidad, mueren en Brasil más de 2000 personas diariamente, dato récord de la pandemia del Covid-19.
Los expertos esperan niveles aún más altos de contagios en las próximas semanas; hecho preocupante, porque el sistema sanitario está sobresaturado. Mientras tanto, el presidente Bolsonaro continúa rechazando las medidas de restricción y aislamiento social, al mismo tiempo que fomenta el negacionismo a través de una duradera campaña de desinformación pública, que incluye ataques a periodistas, un tema que fue señalado recientemente por Reporteros sin Fronteras.
Creciente «infodemia»
Solamente en el primer trimestre de 2021, Bolsonaro violó las reglas de la comunidad de Facebook 29 veces: como mínimo apareció 22 veces en «Vidas de los Jueves en Facebook». Entre otros temas, criticó la distancia social y desaconsejó el uso de mascarillas. También promovió métodos de tratamiento que no estaban respaldados por pruebas científicas.
Estudios recientes demuestran la relación que existe entre desinformación y polarización política en Brasil; según los datos de 60 millones de teléfonos móviles, el respeto por las medidas de aislamiento es menor en áreas con mayor número de votantes de Bolsonaro.
Brasil fue el único país donde se evidenció la desinformación, que aún circulaba en noviembre pasado, con respecto a la cloroquina, ivermectina y azitromicina, medicamentos para curar el Covid-19. “Brasil también está aislado en lo que respecta a las referencias a las autoridades públicas en diferentes niveles de administración, lo que demuestra que la desinformación está asociada en gran medida a disputas políticas internas. Estos hallazgos son relevantes porque ofrecen información comparativa sobre los patrones y vocabularios erróneos y de desinformación que circulan por todo el mundo”, afirma un estudio sobre las tendencias internacionales en la desinformación.
Otra investigación describe cómo la agenda de desinformación en los grupos de WhatsApp sigue informaciones políticas. Los hallazgos de los académicos de Harvard Kennedy School Misinformation Review indican que «además, se utilizó información engañosa y contenido inventado para minimizar la pandemia y restar valor a las opiniones de los opositores de Bolsonaro». Estos investigadores concluyeron que «la desinformación sobre el virus fue enmarcada políticamente, lo que benefició a las opiniones de la extrema derecha y ayudó a eludir una crisis política que podría haber perjudicado al gobierno de Bolsonaro».
La solución de medios
Esta llamada «infodemia» puede amplificar y perpetuar malentendidos, conducir a errores costosos y obstaculizar respuestas efectivas al virus. También obstaculiza las contribuciones vitales de los periodistas y podría amenazar su capacidad para «trabajar en condiciones saludables», como lo describe la Federación Internacional de Periodistas.
Brasil, por partida doble, ha actuado peor que otros países, pues sufre dos pandemias al mismo tiempo. Una es el brote de coronavirus, la otra es el populismo y la desinformación vinculada a esta enfermedad. Una complica a la otra, y ambas conducen a una mala toma de decisiones y son inmensamente peligrosas.
El buen periodismo, independiente y seguro, puede ayudar a abordar ambos desafíos. Combatir el error y la desinformación, educando a las personas sobre cómo protegerse del virus, podría desempeñar un papel fundamental para encontrar una salida a la pandemia. En pocas palabras, una solución crítica es una vía de comunicación independiente libre de la amenaza de violencia, influencia política o presión de sus dueños.
Artículo original: https://en.ejo.ch/media-politics/media-empowerment-is-key-to-covid-19-recovery-in-brazil
Autoría del texto original: Fernando Oliveira Paulino, Janara Nicoletti, Julian Beuter, Jana Bertermann,
Miguel Kaluza, Karla Kallenbach, and Rogério Christofoletti.
Nombre de la traductora: Nuria Fernández Muriel.
Fecha de la traducción: 25 de mayo de 2021.
Etiquetas Brasil media, covid-19, covid-19 media impacto, Media Libertad.