La crisis de Covid-19 ha proporcionado una situación de ventaja al periodismo científico, rescatándolo de la situación marginal que ocupaba en los medios y colocándolo mano a mano con el periodismo tradicional de «noticias duras», que generalmente ocupan las portadas y atraen la mayor cantidad de clics en los enclaves web.
La magnitud de la pandemia provocó la atención mundial, los profesionales médicos acudieron en masa a las plataformas de medios para brindar a las audiencias los últimos avances, pautas y advertencias sobre el coronavirus. No obstante, el periodismo científico, sobre todo el campo del periodismo médico, ya estaba creciendo de forma constante antes de la crisis de Covid-19.
De hecho, los medios científicos ya trataban una amplia gama de temas populares con anterioridad a la pandemia: como el cambio climático, los desastres naturales, la astronomía y los últimos inventos en Física, Química o Biología; además de enfermedades, virus y otros temas. Generalmente, el contenido científico se presenta en forma de resúmenes sobre interesantes resultados de alguna investigación. Los temas son suficientemente poderosos como para influir en la opinión pública y catalizar la acción política sobre cuestiones sociales críticas; por ejemplo, los informes de los medios científicos relacionados con el huracán Katrina, la enfermedad de las vacas locas y el VIH y el SIDA.
Informes detallados
El periodismo científico es importante, y en muchas ocasiones se camufla bajo las «noticias superficiales» que ofrecen los medios tradicionales. En el caso de la pandemia Covid-19, las noticias tradicionales se centraron en informar sobre las últimas estadísticas, como la cantidad de contagiados y fallecidos. El periodismo científico buscó profundizar en los detalles, fomentando la discusión, el debate y el descubrimiento. Al mismo tiempo, preguntó e intentó responder a las siguientes difíciles preguntas:
¿Qué es el coronavirus? ¿Por qué este virus amenaza la salud humana? ¿Cómo se propaga y cómo se puede contener?
La importancia con la que se perciben los medios científicos en relación con la sociedad sobre la que ejercen su influencia varía de un país a otro. En el mundo árabe, los medios de comunicación no suelen prestar mucha atención a los resultados de las investigaciones de sus propias universidades ni comunidades científicas; en cambio, es más probable que publiquen las noticias sobre investigaciones previamente ofrecidas por los medios occidentales y realizadas en el mundo occidental.
Una posible causa de este fenómeno, puede ser que el mundo árabe llegó más tarde al periodismo científico. Se cree que las primeras revistas científicas francesas e inglesas, «Le journal des sçavans» y «Philosophical Transactions of the Royal Society», se remontan a 1660. Sin embargo, la primera revista científica árabe, ‘Al-Yaassoub (La libélula)’, se publicó en Egipto en 1865. A partir de ese momento, el desarrollo del periodismo científico en los países árabes se vio muy afectado por las tendencias y desafíos que afectan a toda la industria del periodismo.
El desafío de los medios científicos
Las revistas científicas han sufrido, junto con el resto de la prensa, los efectos de las crisis económicas. Algunas no pudieron continuar manteniendo sus publicaciones; otras intentaron moverse en línea, como el resto del sector de la impresión, mientras que los periódicos y los canales de televisión y radio luchaban por preservar sus secciones de salud. Los medios científicos árabes más famosos son la web de Popular Sciences y las secciones de temas específicos en los sitios web de National Geographic y Al-Jazeera.
Todavía hay algunos títulos y secciones en árabe especializados en periodismo científico, aunque son pocos y sin conexiones entre sí; especialmente en comparación con otras áreas del periodismo como la política, la economía, los deportes y la cultura.
Otra consideración importante a este respecto es que, en los países árabes, a los periodistas y editores científicos generalmente no se les exige especialización en el campo que cubren. Más bien, su competencia se basa en su interés por la ciencia y en su capacidad de redactar textos claros, concisos y digeribles sobre estos temas. Pero para ser eficaz y poder dar sentido a los resultados científicos y ofrecer perspectivas informativas al público, un periodista también necesita seguir cuidadosamente el desarrollo y evolución en estos temas y el asesoramiento de expertos para simplificar y explicar los resultados y hallazgos.
La solución de los medios científicos
El problema es que los investigadores del mundo árabe se muestran reacios a hablar con los medios de comunicación, o temerosos a veces; por este motivo el contenido de los medios científicos árabes no es tan minucioso ni profundo como el de los países occidentales.
Teniendo en cuenta la importancia del periodismo científico, demostrada por la reciente necesidad de compartir información que salve vidas y para luchar contra el «error» y la desinformación en contextos culturales específicos, este tema sobre el que llamamos la atención desde este artículo, requiere atención. Esta brecha también es una excelente oportunidad para los medios de comunicación, así como para las comunidades científicas y de investigación.
La pandemia, las protestas climáticas y otros acontecimientos recientes han abierto el apetito del público por las historias científicas. Como en cualquier otro lugar del mundo, en los países árabes hay audiencias cautivas. Es hora de responder con una sólida colaboración entre científicos y profesionales de los medios, incluidos los periodistas, los gurús de las redes sociales y los artistas gráficos, que pueden simplificar y comunicar informaciones científicas claves para el público.
Artículo original: Why journalists and scientists need to join forces in the Arab world | European JournalismObservatory – EJO
Autoría del texto original:
Miguel Kaluza, Karla Kallenbach, and Rogério Christofoletti.
Nombre de la traductora: Nuria Fernández Muriel.
Fecha de la traducción: 27 de mayo de 2021.
Etiquetas Árabe, COVID, Divulgación, Mundo árabe, pandemia