Virginia Pérez Alonso, natural de Barcelona, es directora del diario Público, presidenta de la Plataforma por la Libertad de Información (PLI) y vicepresidenta del IPI – The Global Network for Independent Journalism.
Se incorporó a Público en octubre de 2016 como adjunta de dirección y menos de dos años después pasó a ser codirectora junto a Ana Pardo de Vera. Desde diciembre de 2019 ostentó la dirección en solitario.
Es también presidenta desde la creación de la Plataforma por la Libertad de Información (PIL), en 2014. Se convirtió en la primera mujer de habla hispana miembro de la Junta Ejecutiva, prestando asesoría en materia de libertad de prensa y de información, así como en cuestiones de transformación digital y de organización de eventos.
Trabajó en 20minutos donde fue jefa de la sección de cultura (2000-2005), redactora jefa de participación (2005-2008), directora adjunta (2008-2012) y vicedirectora de 2012 a 2015. Y también ocupó el puesto de adjunta al director para el área digital en el diario El Mundo.
Pregunta. – ¿Cómo surgió la idea de crear la Plataforma por la Libertad de Información (PLI)?
Respuesta. – La Plataforma surge en el año 2014, de la mano de un grupo de personas (periodistas, abogados y profesores universitarios, entre otros). En esa época el PP iba a llevar al parlamento el proyecto de Ley Orgánica 4/2015, de 30 de marzo, de protección de la seguridad ciudadana, conocida como la Ley Mordaza, todavía hoy en vigor. También las reformas del Código Penal y de la Ley de Enjuiciamiento Criminal. Entendimos que iba a suponer un ataque contra la libertad de expresión y la libertad de información. Además, no había ningún organismo en España que defendiera, desde lo jurídico, estas libertades fundamentales.
P.- ¿Creen factible derogar la Ley mordaza? ¿Qué aspectos son los más lesivos para los profesionales del Periodismo?
R.- La Ley Mordaza, en su totalidad, no se va a derogar, eso lo tenemos muy claro. Lo que sí cambiarán son aspectos de la ley, algunos artículos, algunas partes, que no son precisamente las más lesivas contra los periodistas. Los aspectos de la norma referidos a “atentado contra la autoridad”, que ha acumulado mayor número de multas, desde su entrada en vigor, no se va a tocar. Y es pernicioso, no sólo para el ciudadano de a pie, sino también para los periodistas. Hay profesionales que están siendo golpeados, siendo identificados con formas poco apropiadas y tras poner la denuncia, se considera un atentado contra la autoridad, por el hecho de hacerse explícita.
En varios artículos de la Plataforma por la Libertad de Información, se habla y se detallan las partes más lesivas que permanecerán vigentes.
P.- Con artistas en la cárcel por expresarse mediante la creatividad, carteles de conciertos retirados debido a presiones de la ultraderecha y un Ayuntamiento que obliga a retirar libros contra la homofobia en Institutos públicos, ¿cuál es el “estado de salud” de la libertad de expresión en España?
R.- Estable dentro de la gravedad. No cabe duda que en los últimos años hemos ido a peor, pero no podemos decir que estemos en un estado crítico. Han ido revirtiéndose una serie de derechos, sobre todo desde la entrada en vigor de las leyes y reformas penales del 2015. Y no sólo en España, sino en todo el mundo hay síntomas encaminados a la represión. Hemos visto las detenciones de manifestantes en la huelga de Cádiz, casi hechas para las cámaras, de una forma bastante exagerada y desproporcionada. Si quieres citar a alguien a declarar, le mandas una citación a su casa, no hace falta ir y detenerlo en mitad de la calle cuando está llevando a sus hijos al colegio. Todas estas cosas van encaminadas a cercenar las libertades individuales: el derecho a la manifestación, a la protesta, la libertad de expresión, etc.
Hay un retroceso notable, pero también herramientas democráticas para combatirlo y herramientas que realmente sirven para revertir todos estos retrocesos.
El Tribunal de Derechos Humanos en Europa ha dictado numerosas recomendaciones y sentencias que sientan jurisprudencia en España y que aquí algunos magistrados, ignoran. Los estándares internacionales de derechos humanos y de derechos fundamentales no se tienen tan en cuenta como se debería. Es un paso fundamental que nos hace falta en España para mejorar la calidad democrática y de las libertades.
P.- En este momento de tanta polarización, ¿corre peligro la democracia?
R.- La democracia es algo que nunca debemos dar por sentado, ni en España ni en ningún otro sitio. Lo mismo pasa con los derechos fundamentales. Desde que existen esos derechos y se conquistan hay momentos históricos de tirarlos para atrás. Vivir en un estado democrático, nos exige estar permanentemente alerta para no dar ni un paso atrás.
Sinceramente no creo que en este instante la democracia esté en peligro, pero hay muchos movimientos y fuerzas sociales a los que les gustaría. Escaladas verbales que resultan muy preocupantes, veo retrocesos y debates que ya estaban cerrados y solucionados, a los que los retrógrados nos quieren hacer volver. Veo a gente que insiste mucho en defender las instituciones como un ente abstracto, pero que luego son los menos respetuosos con las propias porque sólo las respetan cuando les benefician a ellos mismos. Hay señales de alarma y como ciudadanía debemos estar vigilantes con todos estos aspectos.
El anuncio de la Comunidad de Madrid de que con VOX iban a revisar todas las leyes LGTBIQ+, incluidas las de igualdad, es una clara amenaza a la democracia. Aunque tenemos los mecanismos suficientes para evitarlo.
Y estos síntomas están, tanto fuera como dentro de Europa. El caso de Polonia, Hungría, Austria, Países Bajos, etc., son muestras de lo importante que es tener una sociedad bien informada.
P.- Defina en una frase “libertad de expresión” …
R.- Un derecho fundamental sin el cual es imposible vivir en una democracia.
P.- Vivimos en la era de la “desinformación” debido a las mentiras que se diseminan muy rápido, ¿es más difícil hacer Periodismo así?
R.- No. Creo que nunca hemos tenido tantas herramientas como ahora para poder hacer la mejor información. Estamos en el mejor momento de la historia para hacer buen Periodismo. La desinformación es casi siempre interesada. Cuando se difunden mentiras, hay un interés detrás a la hora de difundirlas y eso no es Periodismo, está en las antípodas. Es propaganda y no lo hacen los medios de comunicación. Detrás de las mentiras están distintas organizaciones o personas del entorno de la ultraderecha. Para que una ciudadanía esté bien informada los ciudadanos tienen que tener criterio y para ello tienen que estar bien informados y formados con espíritu crítico. Forjarse sus propias opiniones y argumentos para poder deslindar los hechos de la infoxicación.
P.- En la PLI tienen un nuevo proyecto, el área joven, ¿en qué consiste?
R.- La idea es que sea un grupo de trabajo que pueda aportar a la Plataforma aire fresco y nuevas ideas de cómo comunicar lo hacemos y los derechos que defendemos. Queremos que sirva para concienciar a la gente más joven, desde los jóvenes, de lo esenciales que son las libertades y de lo mucho que nos jugamos si no los protegemos con vehemencia. Es una buena idea tener a gente que sea mucho más joven para opinar con otra mentalidad, y ayude en fomentar una sociedad más robusta en términos democráticos. Cuantos más seamos los que defendemos los derechos fundamentales de todos, mejores democracias tendremos.
P.- ¿Qué consejo les daría a jóvenes periodistas?
R.- Que construyáis vuestra profesión, vuestras carreras, sobre valores muy sólidos; como la ética, la dignidad, la aspiración a la verdad, etc. Una vez tengáis claros sobre qué preceptos sólidos queréis construir, no cejéis nunca en el intento. Muchas veces es imposible llegar al 100%, pero cuando uno aspira 50% siempre es más fácil quedarse cerca. Hace falta compromiso con la profesión, con el Periodismo.
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