Medios comunitarios: las historias que los grandes periódicos no cuentan

Cabeceras de medios comunitarios

23 abril 2025 • Entradas recientes, Ética y libertad de expresión • by

El ecosistema mediático está regido por grandes medios que se concentran en titulares nacionales e internacionales. Los medios no suelen decir a la gente qué pensar, pero sí sobre qué pensar, tal como plantearon McCombs y Shaw en su teoría del agenda setting. Y en ese ejercicio de selección, lo cotidiano, lo barrial, lo cercano, suele quedar relegado a un segundo plano. Los medios comunitarios ocupan un lugar esencial, y en Madrid hay periódicos locales que llevan décadas contando historias sobre identidad, comunidad y memoria colectiva. Vallecas Va y Tetuán 30 Días son dos ejemplos de este periodismo de barrio. Del que se ocupa de los problemas reales, de los vecinos de siempre y de las calles de todos los días. Son los medios comunitarios que sostienen el relato de lo cotidiano.

 

La vida que no entra en la agenda nacional

Jesús Arguedas, dueño de Vallecas Va, lo resume con claridad: “Contamos lo que sucede en el día a día en la vida de la gente, en la vida de los barrios. De esas cosas no sale nada en los grandes medios. Y esas historias son muy reales, muy cercanas, muy de la gente sencilla y corriente, con la que la mayoría nos identificamos”.  En otras palabras, Arguedas señala algo esencial en la construcción del relato periodístico. Se trata de la identificación emocional y social con el contenido. Denis McQuail, en su modelo de usos y gratificaciones, destaca que las personas recurren a los medios no solo por información. Lo hacen también por sentido de pertenencia, refuerzo de identidad y construcción comunitaria. En ese sentido, los medios comunitarios como Vallecas Va o Tetuán 30 Días no solo informan. También ofrecen un espejo social en el que los vecinos se reconocen, algo que es menos probable cuando se lee un medio generalista de alcance internacional.

Algo muy parecido explica David Álvarez, redactor jefe de Tetuán 30 Días: “Al menos el 90% de la información que aparece en nuestro periódico trata en exclusiva de temas relacionados con Tetuán. A los grandes medios generalistas se les quedan cortas las noticias de ámbito distrital. Sin embargo, esta es una información muy valiosa para la gente que vive cerca y sufre esos desperfectos, o puede disfrutar de esas citas culturales o beneficiarse de esos proyectos de reforma”.

 

Cómo se elige qué contar

La selección de temas en ambos casos parte de una premisa clara: contar lo que aporta valor a la gente que vive en esos barrios. En estos medios no existe una pretensión de saber desde arriba qué le importa a la ciudadanía. Todo lo contrario, lo que marca la agenda es un mecanismo de escucha constante que permite detectar necesidades informativas de proximidad. Es un devenir permeable, en permanente diálogo con su entorno social, que no siempre existe en las grandes redacciones. Allí los temas suelen definirse a partir de agendas políticas, coyunturas nacionales o tendencias mediáticas.

Para Vallecas Va, la decisión se basa en “las que en cada momento consideramos que tienen más calado, más valía para la gente. Apostamos mucho por aquello que puede aportar a los vecinos en el sentido que sea, siempre cosas positivas”, afirma Arguedas.

En Tetuán 30 Días, la experiencia manda. “Llevamos 31 años en el distrito, con lo que las fuentes son múltiples. Las asociaciones vecinales, vecinos anónimos u otros que ya conocen la publicación se suelen poner en contacto con nosotros cuando quieren contarnos algo. También la Junta Municipal del distrito es una fuente obvia y recurrente. Las redes sociales también nos suelen dar pistas de lo que se cuece en el barrio, pero lo mejor es salir a la calle y mirar qué está pasando”, explica Álvarez.

También en lo local se jerarquizan temas, se priorizan enfoques y se decide qué se cuenta y qué no. Lo interesante aquí es que esa jerarquización se realiza a partir de otras lógicas: el impacto en la vida cotidiana de los vecinos, la utilidad social de la información o la relevancia comunitaria de una historia. Y en ese sentido, medios como Vallecas Va y Tetuán 30 Días no solo informan, sino que dan forma al relato colectivo del barrio.

 

Independencia y compromiso vecinal

Ambos coinciden en señalar que nunca han sentido presiones importantes para modificar sus contenidos. Ni por parte de instituciones, ni de empresas, ni de actores políticos. “En ningún momento”, asegura Jesús Arguedas, mientras David Álvarez añade: “Nada que no hayamos podido considerar gajes del oficio, y desde luego nada importante o que merezca la pena señalar”.

Esa independencia se traduce en libertad para abordar los temas que los grandes medios ignoran. Historias como el corte de luz en la Cañada Real, que Vallecas Va cubrió durante semanas, elaborando un especial de cuatro páginas que recogió los testimonios de los vecinos afectados. “Intentamos recoger los sentires desde diferentes puntos de vista y principalmente desde los vecinos que viven en el sector 6 de la Cañada, el más afectado”, recuerda Arguedas.

Tetuán 30 Días pone el acento en los reportajes históricos sobre el barrio. “Especialmente si incluyen fotografías antiguas, suelen ser los de mayor repercusión”, señala Álvarez. Aunque también recuerda con orgullo haber entrevistado a un jovencísimo Pedro Sánchez cuando fundó las Juventudes Socialistas de Tetuán, o haber publicado rutas escultóricas que después sirvieron de base a instituciones para promover actividades culturales.

 

La información desde abajo

Lo que ocurre con estos medios comunitarios es un ejemplo vivo de cómo se construye una agenda mediática alternativa. Frente a un panorama nacional e internacional que prioriza lo espectacular, lo urgente o lo políticamente central, estos periódicos tejen otra información más cercana, práctica y comunitaria. Más que oponerse a la prensa nacional, la complementan, cubriendo espacios que, por su escala o especificidad, quedan fuera de los grandes titulares.

Los dos periódicos de proximidad actúan como pequeñas redacciones de resistencia. En ese sentido, mantienen una lógica informativa basada en la vecindad, la utilidad social y el contacto directo con las fuentes. Son proyectos donde no existe una desconexión entre emisor y receptor: los periodistas son vecinos, los lectores son protagonistas y los relatos surgen en la esquina, en el centro cultural o en la reunión de una asociación vecinal.

En tiempos de crisis de confianza mediática y desafección ciudadana, la prensa de proximidad se convierte en un modelo de confianza y legitimidad. Refuerzan el tejido social y democrático, no solo informando, sino generando comunidad. Y, aunque a menudo subestimada, resulta esencial para comprender cómo se construye una información plural y participativa.

 

Medios comunitarios, contrapeso y complemento

Ambos periódicos demuestran que existe una agenda mediática barrial que, aunque menos visible, cumple una función clave en la articulación democrática de la ciudad. No son solo altavoces de noticias pequeñas, sino espacios de construcción identitaria y cohesión social. Su escucha activa de la sociedad los hace capaces de visibilizar demandas, narrativas y memorias que de otro modo quedarían al margen.

En un ecosistema informativo cada vez más centralizado, estas cabeceras actúan como contrapeso y complemento. Los medios comunitarios garantizan que la pluralidad informativa no se limite a lo macro y que los relatos de barrio, las voces vecinales y las problemáticas cotidianas encuentren espacio. Apostar por su supervivencia no solo es una cuestión de diversidad informativa, sino de calidad democrática. Porque si no se cuentan esas historias, nadie lo hará.

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