Los ciudadanos españoles vuelven a interesarse por la política, pero lo hacen a través de una fórmula televisiva conocida como infoentretenimiento. En ella, se aplican las características del entretenimiento a la información política y social. No se trata de una fenómeno nuevo, pero, en los últimos años, se han acelerado los cambios.
En 1960, la televisión consiguió una gran popularidad. Los espectadores no buscaban un medio informativo, sino entretenimiento y evasión de la realidad. Gracias a la campaña presidencial que enfrentó a Kennedy y Nixon en los primeros debates electorales en televisión, este medio se convirtió en un actor informativo, pero con elementos del entretenimiento y la ficción. Los modelos de la televisión americana se impusieron en el resto de países occidentales, también en España.
En 1990 se produjo un cambio debido a la influencia de los nuevos medios digitales. Se profesionalizaba la relación con la opinión pública y aparecen nuevos perfiles, como los asesores o directores de comunicación. Los partidos políticos adaptaron así su discurso a la lógica de la televisión. Esto se tradujo en mensajes más breves, condensados y llamativos. Siguiendo esas pautas, en la actualidad, se puede ver cómo los medios imponen la necesidad a los políticos de crear titulares a diario.
La información política actual está basada en gestos e imágenes. Desde los propios medios, se favorece la discusión y la confrontación entre los actores políticos al genera interés en la audiencia. También hay un cambio del discurso ideológico: se sustituye el discurso racional por la emotividad, que caracteriza el debate político actual y que los partidos utilizan para convencer a los espectadores, que son sus potenciales votantes.
Programas de debate político
Uno de los programas más representativos de esta información política es Al Rojo Vivo, presentado por Antonio García Ferreras, en LaSexta. La 1 de TVE, viendo el éxito de este formato, ha incluido en su programación Las Cosas Claras, presentado por Jesús Cintora. Tienen unas estructuras definidas, patrones que se repiten entre ellas, marcando diferencias con su línea editorial y estilos discursivos propios.
Son programas dinámicos, con debates de periodistas, politólogos, entrevistas a políticos, expertos… Alternan noticias de última hora con los comentarios de los colaboradores sobre estas, así como con conexiones en directo, ya sean actos políticos, ruedas de prensa o debates parlamentarios. Estos últimos son, cada vez más, fuente de noticias políticas, debido a que los medios ponen el foco en «quién dice qué» y «a quién».
El presentador conduce el programa. Su forma de hablar, gestos o tono de voz, en el caso de Al Rojo Vivo, son muy significativos, dado que el periodista lleva al mando bastantes años, y su personalidad marca el estilo a la hora de moderar los debates y realizar las entrevistas. No es neutral, sin embargo no da su opinión de forma directa, sino que da argumentos que explican su punto de vista.
El programa de La 1 es todavía reciente y no se puede valorar en cuanto a tono o personalidad. Sí es cierto que, al tratarse de una televisión pública, está más condicionado por la obligación de cumplir con una serie de criterios. En ambos se realiza un tratamiento riguroso de la información, con actualizaciones constantes y testimonios desde todos los puntos de vista posibles sobre lo sucedido.
Los colaboradores que participan en los debates son una pieza clave. Por una parte, están los recurrentes: son conocidos por la audiencia y conoce esta su punto de vista. Se intenta mantener un equilibrio entre las diferentes ideologías, por ello, en LaSexta suele haber más variedad de tertulianos. En TVE se repiten los mismos colaboradores con mayor frecuencia. Representan los diferentes perfiles ideológicos de la audiencia, ya que es fundamental que esta se vea representada.
Audiencias y redes sociales
La política busca su espacio entre la gran cantidad de contenidos disponibles con el objetivo de entretener a las audiencias. En cuanto a la competencia entre los principales programas de la misma franja horaria, Telecinco ocupa la primera posición con un 15% de la audiencia durante el final de El programa de Ana Rosa y el inicio de Ya es mediodía. Al Rojo Vivo le sigue con un 13%. Las cosas Claras se encuentra en un 7%, aunque su aparición arañó dos puntos de share al resto de competidores.
El programa de LaSexta Noche, presentado por Iñaki López, alcanza una media de 8% los sábados por la noche. Este programa hace repaso de las noticias políticas más destacadas de la semana y cuenta con entrevistas y debates con periodistas, economistas y jueces, entre otros, que debaten sobre estos temas. Es un formato que funciona y mantiene su éxito, incluso en este horario en el que normalmente la audiencia varía respecto a los matinales.
Los espectadores ya no solo reciben la información, sino que seleccionan aquella que quieren consumir y participan de forma activa a través de las redes sociales. La mayoría de ellos consumen solo aquellos medios o programas que se corresponden con su ideología o intereses. Ahora, los partidos y los ciudadanos cuentan con las tecnologías digitales para difundir sus mensajes sin necesidad de intermediarios. Por otro lado, el uso de las redes sociales ha polarizado el debate. En ellas se produce el enfrentamiento entre los partidos y las diferentes opciones ideológicas.
Los programas políticos de televisión se amplifican a través de las redes sociales. No solo se nutren de ellas para proporcionar información, sino que todo lo que se trata en estos tiene una repercusión inmediata y masiva. Más allá de la duración de estos programas, en las redes sociales se establecen debates relacionados con los temas tratados ese día. En gran medida es lo que buscan tanto los medios como los políticos, hacer de su actividad cotidiana grandes acontecimientos que tengan repercusión social y así generar beneficios, económicos las televisiones, electorales los partidos.
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