José Antonio Guardiola: «África es un continente olvidado para los medios españoles»

José Antonio Guardiola

30 marzo 2021 • Reciente • by

José Antonio Guardiola es un veterano del periodismo internacional español. Durante sus más de tres décadas en Televisión Española, ha cubierto conflictos en Ruanda, Yugoslavia, Irak y Afganistán, entre otros, y ha desempeñado cargos como el de jefe de información internacional de Televisión Española. Desde 2008, es director del programa de reportajes En Portada.

El pasado año, además, Guardiola se unió a la junta directiva de Reporteros sin Fronteras. Como vocal de esta ONG, ha sido el encargado de supervisar el programa de acogida de periodistas amenazados, una iniciativa que ha traído a España a cuatro profesionales latinoamericanos víctimas de violencia y amenazas: Juan José Toro, Andrea Aldana, Carmen Valeria Escobar y Alejandro Ortiz. Estos cuatro periodistas, junto a Guardiola, protagonizaron la III Jornada de Periodismo Amenazado, celebrada el pasado 3 de marzo en la Universidad Complutense de Madrid, donde expusieron algunos de los problemas a los que se enfrentan quienes desafían al poder.

Guardiola aprovechó esta ocasión para ofrecer algunas de sus reflexiones sobre el estado del periodismo y expresó su preocupación por las amenazas que reciben miles de periodistas a diario, apelando también a la necesidad de apoyarse entre compañeros de profesión.

 

Pregunta- Durante la conferencia, se ha hablado de las amenazas y de los ataques contra periodistas y medios. ¿Cuáles suelen ser las amenazas más comunes?

Respuesta- «Hay un elemento común que es el del poderoso. ¿Y qué poderoso es el que amenaza con más fuerza? Aquel con el que te metes. Por ejemplo, Juan José tiene unas amenazas muy serias por parte de la mafia minera. ¿Por qué? Porque él hace ese tipo de periodismo. El periodismo ambiental está sometido a unas presiones enormes en toda Latinoamérica.

El caso de Andrea tiene más que ver con las fuerzas estatales por el tipo de periodismo que hace ella. El de Álex, en el Estado de Guerrero, mucho más con grupos organizados. Por último, el caso de Carmen Valeria es muy particular porque es la propia presidencia del país la que está ejerciendo esa presión contra ella.

En la charla se ha utilizado un concepto con el que yo estoy de acuerdo que es el de “ninguna historia merece una vida”. Yo siempre he defendido ese concepto. Pero hay una realidad y es que yo, que mantengo que ninguna historia merece una vida. Yo, que mantengo eso, y muchos más nos hemos jugado la vida por contar una historia. Es un poco incongruente. En el momento que has tenido que contar una historia, sabiendo que arriesgabas tu vida, ¿has dejado de contarla o no? Ese es el problema y ahí tiene que ver la experiencia, el riesgo que asumes, el peligro y la determinación de los poderosos de acabar contigo o de darte solo una advertencia.»

 

P- ¿Qué va a pasar ahora con estos cuatro periodistas del programa de acogida de Reporteros sin Fronteras?

R- «El programa de acogida temporal que desarrolla Reporteros sin Fronteras con la financiación del Ayuntamiento de Madrid está diseñado para que haya un paréntesis en sus vidas y que, en ese paréntesis, puedan reflexionar sobre hacia dónde van profesional y vitalmente. Los que gestionamos el programa somos conscientes de que tres meses pueden parecer mucho, pero son poco. Cuando se terminen los tres meses, a finales de marzo, ellos habrán llegado a una conclusión de hacia dónde orientan su futuro profesional y personal y decidirán. Nosotros les abrimos una ventana. Luego, lo que hagan una vez abierta la ventana ya es responsabilidad de ellos, claro.»

 

P- ¿Qué resultados suele dar el programa?

R- He hablado con algunos beneficiarios de los programas anteriores y creo que a todos les ha resultado beneficioso. Hay alguno que decidió quedarse en su momento en España y que aún vive aquí, porque eso es libre, evidentemente. Pero, en líneas generales, creo que les sirve para tomarse el minuto, el día, la semana que incluso nosotros no tenemos y decidir si este periodismo que están haciendo merece la pena (normalmente, siempre merece la pena) y si se puede mejorar. Y yo creo que a todos los que han pasado por aquí les ha merecido la pena y les ha servido para mejorar.

 

P- En su intervención, ha dicho que le gusta el periodismo de pisar el barro y que lamenta que se haga periodismo sin acudir a los lugares. ¿Por qué cree que cada vez se hace menos?

R- «Es más cómodo, es más barato, es menos comprometido. Como bien decían los cuatro periodistas, normalmente, al que quiere ocultar la verdad siempre le resulta incómoda. Y [este tipo de periodismo] es muy cómodo para muchos poderosos.

Luego la pandemia ha hecho mucho en contra de esto porque ha vaciado mucho las redacciones. Creo que el teletrabajo y el periodismo tienen un grado de incompatibilidad muy alto. La prueba está, por ejemplo, en las elecciones americanas. Gran parte de las elecciones americanas se han seguido con las redacciones vacías y sin realizar viajes, viendo la campaña electoral. Aunque en EEUU esto tiene también una razón jurídica porque las empresas tienen miedo de que un trabajador se contagie en el puesto de trabajo y haya una demanda multimillonaria.

Pero yo creo que en los últimos años el periodista se ha alejado del lugar en el que se produce la noticia y eso se ha aprovechado por los poderosos para implantar con mayor facilidad el discurso interesado que siempre quieren lanzar.»

 

P- ¿Esto ha ocurrido también en la cobertura de conflictos?

R- «No exactamente así, pero parecido. Me explico: Cubrir conflictos es complicado y es caro. La mayor parte de los medios han tenido que reducir mucho sus costes y, normalmente, los que están en las direcciones de los medios digamos que no tienen la sensibilidad extrema por las relaciones internacionales ni por las miserias humanas de las que son testigos nuestros cuatro compañeros. Entonces, puestos a recortar presupuesto, lo más fácil a veces es recortar en aquello que es menos negocio y más caro.

Yo creo que son casos diferentes, pero añado: nosotros en En Portada cada vez más tenemos más problemas a la hora de gestionar nuestros propios viajes. Primero, porque los gobiernos cada vez ponen más trabas en que podamos ir, y en este caso la pandemia no nos ha ayudado, sino al revés. En determinados países los gobiernos de turno nos exigen visados que a veces deniegan o directamente no nos dejan entrar. Con la excusa entre comillas de la pandemia, ponen cuarentenas. Claro, qué medio de comunicación puede permitirse que un equipo, digamos cuatro personas, durante catorce días, esté sin hacer nada en un hotel que pone el propio gobierno.

Al final, eso son trabas a la libertad de prensa porque no puedes acceder a esos sitios. Yo en esto creo que soy un idealista, pero creo que, igual que los diplomáticos tienen un pasaporte diplomático, tendríamos que tener un pasaporte de periodista que permita entrar en todos los países para denunciar lo que ocurre en lugar de estar a expensas de aquellos gobernantes que no quieren es que vayamos a contar la verdad que les resulta incómoda.»

 

«La pandemia nos ha enseñado que una visión global del mundo es imprescindible»

 

P- ¿Cuál cree que puede ser el futuro de la profesión del corresponsal?

R- «No sé qué relación contractual tendrá con la empresa, pero creo que el corresponsal es fundamental. La pandemia nos ha enseñado que una visión global del mundo es imprescindible. Es una lección más que nos ha dado. Muchos la teníamos aprendida desde hace mucho tiempo, pero la pandemia la ha puesto negro sobre blanco.

Creo que los corresponsales son imprescindibles por lo mismo que decimos siempre. Para mí, no tiene el mismo valor una crónica hecha con imagen de agencias en la redacción central o incluso, como ahora, en casa, que la de aquel que está pisando el terreno. El problema es que cada vez los corresponsales están más metidos en esa noria de tweets, redes sociales y conexiones en directo y pierden el gran valor que tienen, que es el de ser nuestros ojos en otros países.»

 

P- ¿Y cree que hay zonas olvidadas para el periodismo español?

R- «Cada vez más. África, por ejemplo, es un continente absolutamente olvidado por parte de la inmensa mayoría de los medios de comunicación. Asia también y no digo ya Oceanía. Con África tenemos un vínculo geográfico e incluso emocional y me parece fundamental seguir prestándole atención. Estamos muy centrados en Europa, algunas partes esporádicas como puede ser Rusia, China, y luego Norte América y Latinoamérica.

Es cierto que lo que ocurre en Latinoamérica tiene mucha más pegada informativamente hablando porque tenemos una cercanía histórica evidente, pero el olvido en el que estamos dejando caer a África desde hace ya decenios es alarmante porque este continente nos explica muchas cosas, empezando por la propia inmigración que tanto debate interno genera en sociedades occidentales.»

 

P- Cambiando de cuestión, ¿qué opina del debate sobre la renovación de la cúpula de TVE?

R- «Bueno, a día de hoy 3 de marzo (está bien decirlo porque las cosas pueden cambiar), el periodo de nombramiento del consejo de administración está inconcluso. Es decir, se ha votado en el Congreso, pero no se ha votado en el Senado. Así que es prematuro llegar a una conclusión sobre cómo va a ser la composición del nuevo consejo de administración.

Yo, lo he dicho siempre, me resisto a creer que la mejor manera de administrar una empresa sea a través de un consejo que elige el congreso y que en realidad no es más que un mini parlamento. Si estamos insistiendo durante esta jornada en que lo bueno es disociar la política del periodismo, no puede ser que un mini parlamento controle el periodismo. Aparte de que RTVE es muchas más cosas que periodismo. RTVE hace un montón de programas culturales, hacíamos cine…

Yo me resisto a pensar que esa sea la mejor solución. Ha habido un concurso público de candidatos, al final se establecieron unos baremos con unas puntuaciones y poco caso se está haciendo de esa capacitación profesional. Se está votando por otros intereses que no entiendo muy bien.

Pero insisto en lo del principio. El proceso no está cerrado, con lo cual juzgar un proceso no cerrado no me parece del todo justo. Sí creo que, en términos generales, los consejos de administración anteriores, que han sido mini parlamentos, no han funcionado bien o por lo menos no han funcionado como a mí me habría gustado.»

 

P- Entonces, ¿estaría de acuerdo con la idea de autorregulación que ha flotado en la conferencia?

R- «Un medio de comunicación público es difícil que esté autorregulado. Yo lo que creo es que tiene que haber una vigilancia de la gestión de la empresa por un lado, porque es una empresa pública que gasta dinero de los contribuyentes, y por otra parte el periodismo.

Yo entiendo que RTVE es una empresa muy compleja, pero el periodismo no tiene que estar vinculado a esa parte de la gestión. El presidente de la corporación tendrá que ir a la comisión parlamentaria. Allí, dará explicaciones sobre cómo se gestiona la empresa, pero el periodismo tiene que llevar su propia vía, bajo mi punto de vista.

Y si hay algo en lo que creo es que esta empresa tiene que estar enfocada a Latinoamérica. Yo creo que, durante mucho tiempo, hemos perdido el tren de influencia que tuvimos un tiempo. Nos han adelantado por derecha y por izquierda. No digo ya CNN en español, que tiene un potencial de producción tremendo, pero también empresas de comunicación públicas o privadas francesas, alemanas, la BBC, rusas, chinas… y no está bien porque creo que RTVE tiene mucho que decir en Latinoamérica y que todavía hay muchos latinoamericanos que están esperando que les digamos eso.»

Fotografía: Jesús de Miguel para Tribuna Complutense

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